Nacionales Politica

In memoriam Lipe Collado (22)

Written by Debate Plural

Expresión refleja africana en dictadores

 

Lipe Collado (8-10-13)

 

Los dominicanos hemos tenido en el devenir histórico perfiles trascendentes de la expresión refleja de lo africano encapsulado en 63 años de dictaduras –con aristas tiránicas- ejercidas por descendientes de haitianos cuando no de esclavo africano, a saber, Buenaventura Báez, cinco veces Presidente, que gobernó por 13 años, el prieto mañé Ulises Hereaux Lebel, tres veces Presidente, que gobernó por 19 años, y el mulato muy blanqueado Rafael Leonidas Trujillo Molina, tres veces Presidente, que gobernó por 31 años.

Buenaventura Báez era hijo de la mulata esclava Teresa de Jesús Méndez, más conocida como Juana Méndez, y de Pablo Altagracia Báez, el hijo adúltero y sacrílego –para más señas- del sacerdote blanco Juan Sánchez Valverde, propietario de la mamá de éste, mulata esclava casada a la que embarazó. Con facciones de blanco, era “indio claro” –“grisáceo”, dice el historiador Sumner Welles- y de pelo crespo -“pelo malo” -El mulato blanqueado Báez, inescrupuloso, entreguista y negador de los valores nacionales, estuvo bajo el acoso de los hispanófilos -que distribuyeron retratos hechos a mano en el que aparecía “prieto”-, de donde reaccionaba con vigor en contra del liderazgo de estos, representado sobre todo por Pedro Santana.

También aparecen destellos de africanidad atrapada en sus orígenes en Trujillo Molina, que gobernó con puño y garras de acero de 1930 a 1961

Ulises Hereaux Lebel, Lilís, dictador por 19 años, es el arquetipo político y humano simbólico de la máxima expresión refleja de lo africano: hijo de un oficial haitiano mulato négrido, nacionalizado dominicano, a su vez hijo de un francés y de una negra haitiana. La mamá de Lilís era una mulata négrida de Saint Tomas, establecida en Puerto Plata, adonde él nació el 21 de octubre de 1845.

Se le ha tenido desde siempre como un negro puro porque era de color y facciones africanas. Durante su ejercicio del poder lo racial se constituyó en un factor político opositor de rechazo al negro que tira a africano como asociado a lo malo, superpuesto esto a cierto rechazo estético que ha caracterizado al racismo oral dominicano.

Ejerció el poder en una atmósfera impregnada de acciones, expresiones, términos y consideraciones racistas a tal grado que el propio Lilís se negreaba y negreaba a los negros y a los mulatos.

Ciertas características singulares de su ejercicio del poder han pervivido en el imaginario popular a través de un anecdotario avalado documentalmente y referido por testigos de primer orden en el que se mezclan lo racial y lo político, lo racial y lo social. Inhumano, como todos los tiranos, era disciplinado, frío, práctico, voluntarioso, implacable y sobre todo inteligente, fronterizo con el casi genio. De su rico anecdotario hablaremos otro día.

También aparecen destellos de africanidad atrapada en sus orígenes en Trujillo Molina -que gobernó con puño y garras de acero de 1930 a 1961-, hijo de José Trujillo Valdez y de Julia Molina. El primero, hijo del español José Trujillo Monagas y de la mulata dominicana Silveria Valdez, y la segunda, hija del campesino dominicano Pedro Molina y de Luisa Erciná Chevalir, a su vez hija ilegítima de un oficial haitiano prieto de las tropas ocupantes de 1822 a 1844 y de la haitiana Diyetta Chevalier.

Este tirano cruelísimo se esforzó por “mejorar la raza”, esto es, clarear a los dominicanos promoviendo inmigraciones de españoles, árabes y alemanes judíos, y de otras nacionalidades no negras. A contrapelo de ser un destello de la presencia refleja de lo africano, ordenó en 1937 el genocidio de miles de haitianos trazando con sangre la línea fronteriza definitiva entre las dos naciones… que ahora la han difuminado.

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