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Los parecidos entre Trump y Macri (1)

Written by Debate Plural

Roberto Silva (La Jornada, 31-7-18)

 

Naomí Klein es una de las intelectuales progresistas más destacadas de la actualidad, recorrió el mundo certificando los desastres del neoliberalismo, investigación indispensable para países como el nuestro que en estos precisos instantes está siendo asolado por la política demencial del macrismo que aplica todas las recetas que esa ideología impone, aún cuando de antemano se sepan las nefastas consecuencias para los pueblos.

Pero además de ser una investigadora, Klein también es una militante por eso en este libro nos dice que “Decir No, no basta” porque es necesario emprender acciones contra los gobiernos de las corporaciones que colocan el lucro de sus empresas por encima del interés general.

Este libro está centrado en señalar las graves consecuencias para la humanidad por la elección en los Estados Unidos de un personaje tan siniestro como Donald Trump, pero aquí no nos dedicaremos solamente a comentar este libro, porque precisamente encontramos sorprendentes parecidos entre el gobierno de Trump y el de Macri, por eso es que emprenderemos la tarea de remarcar esas similitudes, aclarando que aquellos señalamientos sobre el gobierno de Trump corresponden a Naomí Klein, en tanto que los comentarios sobre el gobierno argentino son responsabilidad de este sitio.

Diferencias entre Trump y Macri

Comenzamos por indicar las diferencias entre ambos presidentes por una sencilla razón, una cosa es ser el primer mandatario de una potencia imperialista, con la posibilidad de agredir y llevar el exterminio a cualquier rincón del mundo, y otra muy distinta, serlo de un país dependiente y que ahora ha pasado a ser directamente una colonia producto de las políticas aplicadas por el macrismo.

Esto provoca que mientras Trump actúa en todo momento como un bravucón y soberbio dispuesto a provocar a quién se le ponga adelante, Macri actúa con la misma soberbia ante aquellos a los que considera que no están a su altura, como los trabajadores, la oposición, los pueblos originarios, pero cuando debe tratar con algún mandatario de una potencia o de un organismo internacional como el FMI, tiene un comportamiento de vergonzosa sumisión.

Estas diferencias implican, por ejemplo, que Macri nunca haya defendido el uso de la tortura como sí lo hizo Donald Trump que dijo en una oportunidad: “La tortura funciona, sólo un idiota diría lo contrario”. Y además prometió mantener repleta la cárcel de Guantánamo.

Así nos explica Klein a Trump: “Es la encarnación de la creencia de que el dinero y el poder otorgan licencia para imponer a los demás la propia voluntad, ya que exprese ese derecho metiendo mano a las mujeres o metiendo mano a los limitados recursos de un planeta que está al borde de un calentamiento catastrófico”.

Existe otra gran diferencia, mientras gran parte del periodismo, salvo la ultraderechista Fox News, cuestionó duramente muchas de las declaraciones en la campaña y las medidas aplicadas por Trump, en la Argentina los grandes medios han sido cómplices de las políticas de hambre y saqueo aplicadas por el neoliberalismo, en una demostración que en el país del Norte aún existe un poco más de libertad de prensa, la que aquí ha sido enterrada por corporaciones como Clarín, América y La Nación.

Otra diferencia es que Trump hace el trabajo sucio personalmente no tiene pruritos de ningún tipo, llegó a insinuar que el padre de Ted Cruz, un competidor en la interna del Partido republicado, tuvo algo que ver en el asesinato del presidente John Fitzgerald Kennedy o que Obama no había nacido en los Estados Unidos, Macri en cambio manda a otros a realizar el trabajo sucio ya sea a Duran Barba para calumniar al padre de Filmus o su partido procede a contratar a la consultora Cambridge Analytica para realizar una campaña sucia contra el kirchnerismo.

Los parecidos entre Trump y Macri

Tanto Trump como Macri fueron ricos desde que nacieron ambos hicieron algunos negocios que les salieron muy mal pero siempre la fortuna familiar significaba un respaldo que les permitía cometer esos errores sin graves consecuencias para su patrimonio.

Veamos una de las primeras cuestiones que señala Klein: “Mientras se desarrollaba todo esto, caí en la cuenta de que lo que está ocurriendo en Washington no es el acostumbrado traspaso de poderes entre partidos. Es una toma del poder indisimulada por parte de las corporaciones que lleva gestándose muchas décadas”

Miren si esto no es exactamente lo mismo que el desembarco de los CEOs en el gobierno argentino, en lo que muchos han dado en llamar “el país atendido por sus propios dueños”.

La autora nos aclara que los verdaderos dueños del poder se cansaron de estar pagando a políticos de los dos partidos, Demócrata y Republicano, como estuvieron haciendo siempre, para ahora decidirse a dejar de lado los intermediarios y ser ellos directamente quien se encargan de apoderarse del Estado para desarrollar una política que asegure las mayores ganancias para sus empresas.

Macri ganó apenas por el 2% de los votos mientras que Trump tuvo casi tres millones de votos menos que Hilary Clinton y ganó por el sistema indirecto del régimen electoral estadounidense, sin embargo, el comportamiento de ambos es autoritario sin considerar que hay un gran número de compatriotas que no coinciden con su ideología y sus métodos.

También en los Estados Unidos se habla de conflicto de intereses y de eludir la responsabilidad de presentar las declaraciones juradas tal como ocurre por estas tierras.

Volvamos a citar a la autora: “Los pilares fundamentales del proyecto político y económico de Trump son: la deconstrucción del Estado regulador; una ofensiva total contra el Estado de bienestar y los servicios sociales…, el desencadenamiento de una fiebre por los combustibles fósiles nacionales … y una guerra de civilizaciones contra los inmigrantes y el ‘terrorismo islamista radical’”.

Todos estos aspectos pueden aplicarse a la Argentina, Macri ha desplegado una política de despidos masivos en el Estado, aunque muchos de ellos han sido reemplazados por funcionarios con mayores sueldos que son militantes del PRO, además de implementar una política de destrucción de las empresas estatales, hay una deliberada intención de aniquilar Aerolíneas Argentinas para reemplazarla por empresas que pertenecen a miembros del gabinete y que no respetan las más mínimas normas de seguridad aérea.

Bajo la excusa de reducir el gasto público se ha llegado a la política cruel de eliminar subsidios a discapacitados, ya que estamos hablando de parecidos recordemos que Trump se ha burlado de discapacitados, Macri no se burla pero les quita los subsidios.

Mientras Trump ha llenado su gabinete de gente de las petroleras, Macri ha convertido a Vaca Muerta en una de sus principales herramientas en el que según él se basa la salida de la recesión, pero como lo único importante de su gestión es asegurar los negocios para la familia, Macri ha visto en la generación de energía en parque eólicos buenos negocios porque también ha volcado los negocios familiares hacia ese rumbo.

En cuanto a la guerra de civilizaciones, tanto Trump como el macrismo necesitan crear un enemigo supuestamente muy peligroso, en Argentina fue el kirchnerismo, luego los docentes pero diríamos que el enemigo ideal para el macrismo y que en su irracionalidad ya tuvo dos víctimas, Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, fueron los mapuches a los que se trató de presentar con la colaboración de la prensa canalla, principalmente Clarín, como grupos peligrosos que estaban tramando su emancipación del Estado Nacional.

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