Cultura Nacionales

Los Choco Big Leaguers

Written by Debate Plural

Jose del Castillo (D. Libre, 17-3-18)

 

ENTRE LAS EMPRESAS INDUSTRIALES locales de cierto calado que hoy dominan el mercado de chocolate en el país sobresalen Cortés Hermanos y Munné & Co. Atrás quedaron en el libro de gratos recuerdos la Chocolatera Sánchez, instalada en Puerto Plata en 1947, con su afamado chocolate de mesa Luperón, convertida en oficina local de INESPRE. Y Dulcera Dominicana de Bolonotto Hermanos, que aromatizaba deliciosamente el entorno de su fábrica sita en la Barahona con Ciudad de Miami, la cual visitaba desde niño para comprar sabrosos chocolatines en vistosos envoltorios multicolores. Demolida para dar paso a un complejo residencial. Para mí, entrar a Dulcera seducido por el penetrante olor pastoso, pegajoso, de ese alimento de los dioses, era como ingresar a la maravillosa fábrica de chocolate de Willy Wonka que motivó en su momento a mis hijos y ahora encanta a mis golosos nietos.

Conforme a narrativa propia, Cortés Hermano se fundó en 1929, despuntando la Gran Depresión que conmovió la economía mundial. Iniciativa fue de Pedro Cortés Forteza, oriundo de Puerto Rico, quien se instaló en el país a fin de aprovechar el potencial del cacao caribeño. Así surgió la producción del chocolate de mesa Cortés. Hoy la empresa elabora medio centenar de productos bajo elevados estándares de calidad, guiándose por la premisa de producir el mejor chocolate posible honrando una tradición que ya ronda los 89 años de existencia.

Algunos hitos consignados en su portal indican que ya en 1931 la empresa exportaba el chocolate de mesa a Puerto Rico y que en 1937 decidió también establecerse allí para fabricarlo, donde mantiene un fuerte liderazgo. Ampliando horizontes y la gama de productos, a partir de 1952 incursionó en el mercado de Estados Unidos. Dos años más tarde lanzó el chocolate de mesa Embajador que degustamos infantes en desayuno y cena y en 1962 la cocoa Sobrino Instantáneo. En 1976 apareció la línea de chocolatinas tradicionales con las marcas Mas Mas, Rocky, Crachi y Milk Chocolate. En los tres segmentos aludidos, Cortés tiene una vigorosa presencia. En 2011 llegaron las innovadoras barras de Cortés Premium en versiones de Almendras, Cono, Cono & Cream, Café y Cacao, en sobrios empaques. Un año después, se presentó un nuevo etiquetado y empaque de Cortés Molido, en opciones Regular y Lite.

En 2014 Cortés innovó con Forteza Caribbean Chocolate, una línea de chocolates finos caribeños, procesados con los mejores granos del cacao sembrado en República Dominicana y Puerto Rico. Destacándose la versión 70% Dark, origen Dominicana, que viene en coleccionable cajita metálica con una portada de la obra pictórica “El Cacao”, de nuestro Guillo Pérez. Forteza tiene 3 opciones adicionales en 65%, 72% y 80% Cacao, elaboradas con granos puertorriqueños. La línea completa se produce en las instalaciones de Cortés en Puerto Rico y se comercializa en RD en tiendas especializadas en aeropuertos y centros turísticos, así como en algunos supermercados, tal Carrefour.

En marzo 2017, Cortés lanzó una edición limitada promocional de Big Bars, unos súper empaques de 350 gramos en cada una de sus 5 barras de 35-40 gramos: Mas Mas, Fleiki, Rocky, Crachi y Mr. Milk. Una oferta realmente atractiva para el consumo familiar o compartido que aproveché junto a mis nietos choco adictos.

En la Isla del Encanto que queremos tanto, la empresa opera Casa Cortés en el Viejo San Juan, un lugar acogedor de encuentro para los amantes del arte en el Caribe. Así como el Choco Bar Cortés, “un innovador espacio gastronómico donde el chocolate es la estrella principal y convergen el pasado patrimonial de San Juan, el arte y la calidez de un servicio de primer nivel”. Una feliz iniciativa que debería ser replicada en Santo Domingo, como ya lo ha pautado visionario Rizek con Kah Kow Experience (Tienda Museo) en la calle Las Damas y con sus tiendas en centros comerciales como Blue Mall. En su animado portal, Cortés ofrece valiosos videos educativos y promocionales que contribuyen a la forja de una verdadera cultura chocolatera. Tan necesaria en una sociedad llamada a apreciar mejor los frutos que brotan de la tierra.

De su lado, Munné & Co., la otra empresa de cierta escala industrial, está establecida en Santo Domingo en la vieja zona industrial de la Máximo Gómez –al igual que Cortés–, con sucursales en San Francisco de Macorís y Puerto Plata. Siguiendo su propio relato, surgió a iniciativa de los hermanos José María y Trifón Munné Trullols junto a su primo José María Trullols Calvis, oriundos de Cataluña, quienes tras unos años radicados en el país operando un negocio familiar, se asociaron en 1935 para fundar la empresa. Con el propósito original de exportar cacao en grano e importar mercancías y comestibles, pronto estos laboriosos catalanes se expandieron a la exportación de café en grano, maíz y cera, así como al procesamiento en factoría y venta comercial de arroz.

En los años 50, la compañía consigna que introdujo la secadora vertical para secar café y arroz, revolucionando la forma de preservar estos productos. Más adelante, instaló 12 secadoras en sus sucursales de Puerto Plata y San Francisco de Macorís. En 1964 habría traído al país, conforme a su relato, el primer molino de goma japonés para descascarar arroz, hoy en día generalizado.

En los años 70 ocurrieron eventos que modificaron las perspectivas de los negocios tradicionales de los Munné. El mercado internacional del café fue regulado por el Convenio Internacional del Café, estableciendo en consecuencia el gobierno el control de cuotas para la exportación del grano. Asimismo, el Instituto de Estabilización de Precios (INESPRE) pasó a controlar el mercado del arroz.

Ante esta nueva realidad, la empresa decidió incursionar en la industria del chocolate montando una moderna planta que en 1975 inició con la elaboración de licor de cacao para exportación. Al año siguiente, salió al mercado el chocolate en barra Munné. En 1981 se introdujo la Cocoa Munné empleando tecnología desarrollada por los holandeses para alcalinizar el cacao. En los 90 Munné & Co. lanza al mercado barras de chocolate con leche, chocolate con leche y maní, y chocolate con leche y arroz crispado (Monchi). Asimismo, sale el chocolate líquido. Al arribar el 2000 incursiona con el chocolate blanco.

Caracterizada como una empresa familiar, la compañía es dirigida por Galo Munné Taulé, segunda generación del núcleo fundador, con la participación de miembros de la tercera. En la actualidad sitúa sus perspectivas empresariales en respuesta al reto de “mantenerse en el mercado en esta era de globalización, a fin de continuar atendiendo la demanda nacional e internacional, con productos de consumo de calidad elaborados con equipos de alta tecnología”. En particular en los renglones de cocoa y chocolate.

Apuntando a la diana, Munné & Co. pretende aprovechar “las nuevas oportunidades al considerar el mercado de exportación como un horizonte de infinitas proporciones”. Asimismo, se propone divulgar “nuestra cultura cacaotera al mundo, a nuestros visitantes y ciudadanos, con la finalidad de afianzar nuestra marca y la buena voluntad del público consumidor”.

Aparte estas dos empresas industriales de tradición, nuevos jugadores han entrado en el segmento de chocolates finos (Xocolat, Rizek, Cacaoteca, entre otros), así como en la liga artesanal cooperativa operada por mujeres (Chocal, Choco Lala). Un gigante en las exportaciones de cacao, CONACADO (Consejo Nacional de Cacaocultores Dominicanos), que agrupa a 162 asociaciones de productores y representó en el 2014 el 24% del total exportado y el 55% del cacao orgánico, podría lanzar su operación chocolatera a escala industrial. Ya su división CONACADO Agroindustrial maneja una moderna planta procesadora de cacao en San Francisco de Macorís, en la cual se elabora cocoa, manteca, licor, nibs de cacao, por órdenes o pedidos, destinados a la exportación. Un potencial intacto.

Entradas de la web acreditan a CONACADO como un origen específico. Tal el caso de Mana Chocolate 74% cacao. También Ethiquable Chocolat Lait –escogido en Francia como Sabor del Año 2014- y las galletas con chocolate de esa marca. La barra de chocolate DabogaCONACADO 73%. Chocolates belgas BELVAS: Organic Dark Chocolate, Belgian Thins. Así como Hogarth Craft Chocolate, de Nelson, Nueva Zelanda, elaborados con CONACADO/Dominican Republic Dark Chocolate 75%. Hogarth, con sus productos, obtuvo en 2017 los más importantes premios internacionales que se otorgan en el competitivo mundo del chocolate.

La saga chocolatera apenas empieza. Abramos el paladar a nuevas experiencias gustativas.

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