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La Plaza Mayor de la Ciudad Colonial de Santo Domingo

Written by Debate Plural

Omar Rancier (D. Libre, 28-4-18)

 

El trazado de Ovando reservó el espacio de la Plaza Mayor con una dimensión casi tres veces mayor que la que tiene en la actualidad y desplazando un poblado indígena existente en el sitio en lo que seria el primer desalojo urbano de América.

El espacio reservado estaba comprendido entre la calle Real o del Clavijo (actual calle El Conde) al norte, la calle de Santo Domingo o de la Universidad (Padre Billini) al sur, calle del Arzobispo (Arzobispo Portes) al oeste y la calle de Santa Clara (Isabel La Católica) al este. Sin embargo, se decidió colocar una iglesia techada de paja y que sería posteriormente erigida como catedral, dentro del espacio de la Plaza Mayor, en el extremo sur y no en frente de la misma, como era la costumbre.

El domingo 26 de marzo de 1514, Pedro Suarez de Deza, obispo de la Concepción y antiguo metropolitano de Yaguate, bendice el solar de la futura catedral de Santo Domingo y aparentemente delimita el sitio al norte de la existente iglesia techada de paja y “de materiales deleznables”, donde planta cuatro cruces que delimitan el solar del templo; esta decisión reduce a casi la tercera parte de su tamaño el solar de la Plaza Mayor e incorpora hacia el sur la actual Plazoleta de Los Curas, la Plazoleta Padre Billini, y un grupo de casas con frente hacia la calle padre Billini y hacia las Plazoletas mencionadas.

En 1519 el obispo Alejandro Geraldini promueve y logra que se inicien en 1521 los trabajos de la Catedral de Santo Domingo, consagrada en 1540 y que en 1546 se consagra como Metropolitana y Primada de Indias por Paulo III dedicada a la Virgen María, Nuestra Señora de la Encarnación.

La disposición del templo con respecto a la Plaza es diferente a la tradicional, estando dentro del espacio de la Plaza y no frente a la misma, el lateral norte del templo es que da a la Plaza, la Catedral se enfrenta en su fachada principal, que responde a la tradicional disposición este oeste, con frente hacia este último punto cardinal, con su propia plazoleta que se encierra con un muro almenado.

Esta disposición lateral se repite en varios templos de factura más reciente del interior del país constituyéndose en una tipología urbana reconocida como propia del país. (Rigau, Mignucci, Martínez, 1991).

La Plaza original era de tierra, sin árboles, con la picota, con una fuente de agua en el centro, parte del acueducto trazado por el arquitecto mayor, Rodrigo de Liendo, con agua traída por gravedad desde la noria de San Francisco.

En la Ciudad del Ozama, Pérez Montas escribe:

“Al despuntar el siglo XIX, para ser mas específico en enero de 1801, llegaba a la ciudad de Santo Domingo el general Toussaint Louverture. En cierta forma, se da inicio a la Era de Francia. Las crónicas resaltan que fue celebrada una ceremonia religiosa en la Catedral y otra de carácter civil en la que se le entregaron las llaves de la ciudad, pasando después a la Plaza Mayor, donde el caudillo haitiano proclamó la libertad, la igualdad y la fraternidad de todos los ciudadanos.” (E. Pérez Montás. 1999). 21 años después, durante la invasión haitiana, en el 1822, se siembra una palma, llamada de la Libertad, primer árbol sembrado en la Plaza.

Por mucho tiempo la única estructura en la plaza era un muro bajo construido para evitar que los animales que entraban por la puesta del Conde camino a la Plaza del Mercado, anteriormente del Contador, merodearan por la plaza. En la misma se hacían paradas militares.

La estructura de la Plaza se mantuvo igual hasta que a partir del siglo XVIII se inician algunas modificaciones en su entorno, como la de la Casa de Herrera, al lado este de la Plaza que donde se instala durante el periodo de la ocupación haitiana, 1821-1844, el gobernador General Gerónimo Maximiliano Borgellá y le añade la galería porticada con arcos de ladrillo hacia la calle.

Luego de la independencia en 1844 y de la Restauración de la República, en 1863, el país logra recuperarse políticamente, y es cuando, durante una de las presidencias de Buenaventura Báez- presidente en seis ocasiones-, se decide arbolar la Plaza Mayor y convertirla en un Parque. El modelo podría calificarse como afrancesado, siguiendo el tipo de La Alameda de Maximiliano en México. La plaza cambia de carácter, producto del sentimiento anti hispánico posterior a la Restauración, de Plaza Mayor (de armas), se convierte en Parque Republicano o Parque Colón, un parque de arboles, público, popular, verdaderamente el corazón de la ciudad.

A finales del siglo XIX, durante la presidencia de Ulises Hereaux (Lilís), la Junta Nacional Colombina decide e tumbar la picota, y se coloca la escultura de Colón con Anacaona a sus pies obra del escultor Ernesto Gilbert que data del 1887 en el centro del Parque y se encarga el Monumento a Colón que se instala en la Catedral, destruyendo el coro bajo del templo, para el reposo de los restos del Almirante hasta su traslado al Faro de Colón, situado en el lado este del Ozama sitio original de la ciudad.

El Parque Colón tuvo paseos de tierra apisonada y grama, sembrada de laureles. Luego se pavimentó con torchos de hormigón, durante el gobierno de Ramón Cáceres (1911). Durante los años de Trujillo no se registran mejoras notables, excepto cuatro fuentes respetuosas del trazado simétrico decimonónico. Luego la Comisión Temporal de Ornato Cívico pavimenta con ladrillos, hoy muy deteriorados, en una intervención dirigida por el Ing. José Ramón Báez López Penha en el 1968. En esta ocasión el proceso arqueológico descubre la fuente y el sistema de acueducto original, entonces en desuso desde los tiempos de la colonia.

A principios del siglo XX se realizan algunas obras que van configurando el perfil actual del Parque Colón o Plaza Mayor, entre los cuales se destaca la remodelación del Palacio Consistorial, reconstruido entre 1911 y 1917, originalmente una edificación del siglo XVI, Primer Cabildo de América, situado en la esquina de la calle El Conde con Arz. Meriño, diseñado por Osvaldo Báez Machado, y donde incorpora un porticado sobre la acera que dialoga con el de la Casa de Herrera- Borgellá. Hijo del presidente Buenaventura Báez e ingeniero municipal del cabildo de Santo Domingo, Osvaldo Báez incorpora un lenguaje ecléctico afrancesado, con una interesante torre esquinera que se constituye en un hito dentro del contexto de la Plaza Mayor.

Otra edificación importante, de 1911, es antigua Farmacia Central y primeramente sede del Banco Nacional, de los alarifes españoles Urgelll y Casadeball, donde se explotan las ventajas de las piezas de molde de estuco como recurso para el decorado, en este caso propios del modernismo catalán.

Durante la Dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, 1930 – 1961, se completan las edificaciones del antiguo edifico Rosselló de 1943, de los arquitectos españoles Tomás Auñón y Joaquín Ortiz que inteligentemente dialoga con la torre del Palacio Consistorial y el moderno edificio de mediado de los ´50, El Conde 15, del padre de la Arquitectura Moderna Dominicana, Guillermo González Sánchez y William Reid, con sus “fenetres a longeur” corbusianas enfrentando, en un tenso e interesante dialogo de siglos, la fachada norte de la Catedral. En 1970, los mismos arquitectos diseñan al lado el Bank of América, posteriormente fue el Hard Rock Café y actualmente lo ocupa el restaurante Jalao, en un desconcertante estilo neo hispánico preconizador de la posmodernidad en Santo Domingo. Esta obra fue la ultima obra de Guillermo González quien fallece en 1970. Durante la dictadura, además, se incorpora una calle que separaba el Parque Colón de la Catedral integrando la Plaza al Templo Mayor de la ciudad Colonial.

Estas edificaciones juntamente con la Catedral configuran el perfil de nuestra Plaza Mayor y dan escala e historia a uno de los espacios más ricos de la ciudad toda de Santo Domingo.

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