Nacionales Sociedad

Fabré Geffrard y la Guerra Restauradora

Written by Debate Plural

Petronila Dotel (El Universitario, agosto 2017)

 

Luego de la proclamación del 27 de febrero de 1844, hecha por los Trinitarios, la naciente Repú- blica quedó en manos de hombres “sin juicio y sin corazón”, como dijo el padre fundador de nuestra nacionalidad, Juan Pablo Duarte. Esos malos hijos de la patria mataron la soberanía, aniquilaron la libertad. La guerra restauradora fue la respuesta más contundente dada a la anexión llevada a cabo por Pedro Santana el 18 de marzo de 1861. En ella los dominicanos reafi rmaron su convicción de ser libres e independientes. La misma es catalogada por muchos como una auténtica lucha de liberación nacional y para otros como la verdadera guerra de la independencia.

Ante el consumado hecho la reacción del gobierno haitiano de aquel entonces no se hizo esperar. El apoyo directo o indirecto que proporcionó a la lucha restauradora fue de suma importancia. La actitud Fabré Geff rard dio un interesante giro a la las relaciones de las dos repúblicas de la isla de Santo Domingo un tanto diferente a la concebida por sus mentores originales. ¿Cuáles motivos movieron a este gobernante del vecino país a dar su apoyo a los combatientes dominicanos? ¿Qué hizo España al respecto? ¿Qué tan signifi cativa fue la postura del gobierno haitiano ante nuestra Guerra Restauradora?.

¿Quién era Fabré Geff rard? Pedro M. Archambault considera a Geff rard como un “hombre muy inteligente y fi no diplomático”.

Jean Chrisostome Dorsainvil, en su libro Manual de Historia de Haití, nos describe de forma muy breve el origen y los rasgos del carácter de Geffrard: “Hijo póstumo del general Nicolás Geffrard, nacido en Anse- à-Veau, el 9 de septiembre de 1806, fue educado por su hermanastro, el coronel Fabré. Soldado a los quince años, Capitán en 1843, su parte activa en la revolución de Praslin le valió ser promovido a General de Brigada, Comandante del Distrito de Jacmel, General de División.

Siguiendo a Dorsainvil, Geffrard fue uno de los gobernantes haitianos más progresistas. El mandato de Fabré se caracterizó, entre otras cosas, por aplicar un conjunto de reformas en la educación, la industria, la agricultura, el comercio, el ejército y las finanzas. En materia educativa dio impulso a la creación de más escuelas primarias con un carácter laico. De igual manera favoreció la enseñanza superior. Facilitó la construcción de importantes obras de infraestructura. De igual modo incentivó la inmigración de familias negras de Estados Unidos hacia el territorio haitiano.

¿Qué papel jugó Geffrard a favor de nuestra causa restauradora? Cuando Fabré Geffrard asumió el gobierno de Haití, tras derrocar a Soulouque, enfrentó de forma inmediata dos cuestiones claves: a) la situación de crisis general que ahogaba a la sociedad haitiana y b) la política exterior que debía seguir su gobierno en torno al caso dominicano.

Al proclamarse la anexión a España el 18 de marzo de 1861 el gobierno encabezado por Geffrard no se quedó de brazos cruzados. El temor haitiano a perder su libertad tan celosamente defendida estaba en peligro a juicio de sus representantes. En consecuencia el gobierno actuó. Me permito clasificar de la siguiente manera su respuesta a este hecho abominable, ruin y antipatriótico.

a) La protesta Pública

La primera acción del gobierno haitiano fue hacer pública una protesta el 6 de abril de 1861 en la que fi jaba su posición al respecto. La misma fue publicada en francés y español y estaba dirigida a ambos pueblos. He aquí uno de sus argumentos: “.¿con cuáles derechos el general Santana y su facción entregan, a España, el territorio dominicano? Es voluntad del pueblo, dicen. Afirmación falaz. La población estremecida bajo el régimen de terror organizado por el general Santana, está incapacitada para manifestar su voluntad. Multitud de ciudadanos esclarecidos y honorables, de abnegados patriotas de la República Dominicana, expulsados de su patria por el general Santana, protestan, con todas sus energías, contra esa enajenación de la patria, a la cual califican de vil traición”.

b) “Llamado a las Armas”

Mediante un documento dirigido al ejército de Haití, el 18 de abril de 1961, el presidente Geffrard, hace un enérgico llamado a las armas. Los términos de dicho documento tal como cuenta Price-Mars son tan “inflamados” que debieron provocar una guerra entre España y Haití de forma inmediata. “¡A las armas haitianos! ¡Corramos a las armas para rechazar a las hordas invasoras! ¡Qué vuestra consigna sea la frase inmortal que sirvió de divisa a los fundadores de la República: Libertad o muerte. ¡Respondamos a la fuerza con la fuerza!.

c) Memorándum a los gobiernos de Francia e Inglaterra

En un amplio documento el gobierno haitiano hace una valoración profunda del daño que representa la anexión al tiempo que hace un llamado a Francia e Inglaterra, como naciones “que marchan a la cabeza de la civilización” y que ejercen tan “saludable influencia” en esta parte del mundo a que vean la anexión como un problema que de seguro les afectará a ellas también. Dicho memorándum fue redactado en fecha 24 de abril de 1861

d) Apoyo a los patriotas “

He pisado el territorio de la República, entrando por Haití, porque no podía entrar por otra parte, exigiéndolo así, además, la buena combinación y porque estoy persuadido de que esta República con quien, ayer cuando era imperio, combatíamos por nuestra nacionalidad, está hoy tan empeñada como nosotros, la conservemos merced a la política de un gabinete republicano sabio y justo”. Es la voz de Francisco del Rosario Sánchez quien desde Saint Tomas lanzó un Manifiesto en repudio a la anexión, hecho que según sus palabras era un “crimen casi nuevo en la historia”.

En estas primeras palabras de Sánchez está claro el apoyo del gobierno haitiano al movimiento insurreccional. Estando aún en territorio haitiano nos cuenta Archambault, recibió Sánchez un “emisario de Santiago Rodríguez, por entonces, maestro de escuela en Sabaneta, al joven José Cabrera, que luego fue el eminente restaurador. Llevaba el encargo de asegurarle al prócer de la Puerta del Conde la correspondencia del Cibao a su alta iniciativa reivindicadora”. Desde la capital haitiana partió el patriota en el mes de junio de 1861 a tierras dominicanas por la frontera sur llegando a San Juan de la Maguana.

Enterado el gobierno español del apoyo del gobierno haitiano a los patriotas, tomó medidas contundentes obligando a Geffrard a retirar el apoyo de forma inmediata. Esto le costó la vida al patriota.

El apoyo haitiano no se limitó a su gobierno. Refiere Archambault “Entre los colaboradores de nuestra segunda independencia no deben olvidarse a Alejandro Pouget, fotógrafo haitiano, Juan Cooper, venezolano que había vivido largo tiempo en Santiago de los Caballeros; a Tomás de Aquino Rodríguez, y a dos comerciantes haitianos en la ciudad del Cabo que compraron mucha pólvora y elementos de guerra, uno de apellido Crosnot y llamado Salnave”. El citado autor señala que incluso la masonería de Cabo haitiano, dio su respaldo a la lucha restauradora.

e) Intermediación final

La forma heroica con que los dominicanos llevaron la guerra restauradora, obligó a España a decretar la salida de sus tropas del territorio nacional. Antes de llegar el decreto con la orden de salida inmediata, el general José de La Gándara, capitán general de Santo Domingo, y general en jefe de las tropas expedicionarias, buscó la mediación del presidente haitiano Fabré Geffrard. Gracias a su participación los patriotas dominicanos aceptaron un acuerdo para intercambiar prisioneros de guerra. En su libro, Anexión-Restauración, el historiador y periodista, César Herrera da cuenta de las gestiones de Geffrard en esta etapa de la lucha, y de la angustia de La Gándara, quien quería salir del país, en el cual había sido vencido. Hoy las relaciones con el vecino país van de tensas a peligrosas, pues algunos sectores promueven odio, racismo y xenobia contra los inmigrantes haitianos y contra dominicanos de descendencia haitiana. El tema ha de ser tratado con la altura que merece. Como isla y como naciones pero sobre todo como seres humanos estamos compelidos a buscar soluciones que apunten siempre hacia el bien.

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