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Políticos y politicastros tradicionales en República Dominicana

Written by Angel Moreta

Por: Angel Moreta (Autor-Editor)

 

Durante las últimas décadas en República Dominicana han predominado 3 partidos políticos que se han hecho tradicionales en la vida nacional. Son ellos los llamados PRD, PLD y PRSC. Los tres son de tendencias conservadoras hacia la derecha y centro derecha neoliberal, por tanto, son parte orgánica, junto con los nuevos partidos emergentes, de un sistema aparentemente democrático o formalmente democrático, cuyo eje fundamental es un Estado clientelista, caudillista y entreguista a los intereses de EEUU.

Por tanto, un Estado-canalla, fundado en una Constitución corporativa en cuyo texto no figuran instituciones de participación popular, tales como el referéndum, la consulta popular ni la asamblea constituyente abierta, es decir, que se eligen los miembros al margen del Congreso Nacional.

Es como si se tratara de un sistema geocéntrico cuyos estamentos giran alrededor del Poder y sus características fundamentales apuntan a la existencia de un Estado débil, asociado y subordinado a poderes imperiales tradicionales, en una sociedad subdesarrollada, dependiente de la voluntad y de los intereses de los sectores élites alineados con las empresas multinacionales y con los gobiernos norteamericanos y sus poderes militaristas, hegemónicos, supremacistas  y predominantemente no nacionales. Todos forman aparentemente un “frente democrático”, representativo supuestamente de la voluntad popular.

Se trata de partidos y pseudo-partidos que engañan al país y que constituyen instancias privilegiadas en medio de una sociedad débil y empobrecida; en la cual predominan la pobreza, el hambre, el desempleo, la insalubridad, la mortalidad infantil, la mortalidad materna, el trabajo infantil, la pobreza y el desamparo social del campesinado, la cadavérica educación formal, las enfermedades, el crimen organizado y el delito, el tráfico y consumo de estupefacientes, la falsificación de medicamentos, el tráfico de órganos,  tráfico de armas, tráfico de drogas, la violación de los derechos humanos fundamentales, económicos y sociales, por parte de la policía nacional, del Ministerio Público, de los diputados y senadores y de la judicatura.

La inseguridad social e individual, el abandono de envejecientes y discapacitados, el embarazo de nuestras adolescentes, la niñez víctima del vicio, de la manipulación  ideológica y de las violaciones sexuales; de los abusos contra mujeres, los femenicidios íntimos y no íntimos, de los salarios miserables, de los privilegios, el robo, la estafa, la asociación de malhechores, la delincuencia relacionada con el lavado de dineros provenientes del narcotráfico, y de cuantos males y desesperanzas puedan engendrarse en una sociedad manejada por elites corporativas corruptas, que entregan nuestras riquezas minerales a los capitales e inversiones transnacionales y monopólicas que se llevan a su vez lo mejor de nuestros recursos naturales, con el silencio de los empresariados diversos, los partidos y partiduchos de la vida política del país.

Esos partidos fueron unificados y encuadrados  en un solo brazo por Danilo Medina, a quien podemos llamar y calificar de “el padre y primer progenitor de la unificación de la derecha dominicana”, con el fin de perpetuarse tanto él como su partido PLD en los entramados del poder político y del manejo miserable del Estado-canalla.

Esa entente, de derecha configura hoy,  gracias a la gestión patrocinadora de Danilo Medina, y arreada como un burro por una tajada del presupuesto nacional, el cual se dividen entre sí año tras año de manera impune;  esa entente, repetimos, aspira a perpetuarse  en el poder del Estado por medio del clientelismo, el fraude, el engaño, las falsas ideologías, los negativos modelos educativos de raigambre extranjera e imperial; el caudillismo, el tráfico de influencias, y el arribismo, son orgánicamente aliados en el asalto de la riqueza pública, cada vez más escasa.

Esa novísima entente forma también parte importante de un Estado subdesarrollado no nacionalun Estado que no defiende ni representa a la sociedad dominicana.

Partidos y partiduchos de derecha neoliberal que solo saben buscar el enriquecimiento ilícito y aprovechar las oportunidades de acumulación de capitales por caminos espúreos, procaces y desleales, donde no hay dignidad, ni amor propio ni responsabilidad con el pueblo dominicano. Lo que hay son privilegios descomunales, ventajismo oportunista, corrupción y dilapidación desconsiderada y deshonesta del patrimonio público…

Por ejemplo, el sector de los empresarios de zonas francas recibieron préstamos del Estado que nunca les han sido cobrados y nunca han sido pagados, por cientos de millones de dólares. 

Igual el político Vargas Maldonado, quien recibió en préstamos  del Banco de Reservas de República Dominicana, la suma de más de 16 millones hace varios años, e hizo su heliopuerto en el techo de su edificio, para su helicóptero personal y de uso privado; y dichos valores ni han sido pagados ni les han sido debidamente cobrados por el Estado-canalla cómplice de la corrupción y la depredación del tesoro nacional.

Se trata del Estado neoliberal asociado a los monopolios internacionales y globales, al cual Juan Jacobo Rousseau, en su libro El Contrato Social, denominó “Estado-canalla”, aquel que resulta indolente y ciego con su deber de conservación del patrimonio público; pasivo con el desperdicio de la riqueza pública,  es decir, desleal con la nación, traidor con la sociedad y totalmente insensible con el pueblo dominicano.

Un ejemplo lo tenemos recientemente en 2015; esos partidos y pseudo- partidos la mayoría se  enriquecen cotidianamente a cambio de negociaciones comerciales internacionales acomodaticias con el fin de apoyar la modificación del artículo 124 de la Constitución de la República y, por ende, la reelección presidencial del actual presidente reelecto.

Y para todos los desmanes posibles, como aquellos que se leen en la sentencia No.315-15, del pasado año 2015, dictada por el Tribunal Constitucional, mediante la cual rechazó y anuló un contrato que firmó Danilo Medina con el gobierno norteamericano para entregar un terreno en el sureste del territorio nacional, claramente con fines solapados y ocultos para establecer una base militar y un asentamiento indefinido de tropas del ejército norteamericano en territorio nacional.

De cosas tan bárbaras y tan canallas son capaces los partidos y pseudo- partidos en la República Dominicana. La mejor respuesta que esto conlleva es el repudio más absoluto por tan vil traición del pueblo, y no asistir a las urnas para votar por esos organismos parasitarios y bacterianos de la vida nacional que los constituyen los partidos tradicionales de República Dominicana.

 

About the author

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

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