Adolfo Valenzuela (Listin, 28-12-17)
Luego de que el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski lograra sobrevivir a la moción del Congreso, y dado el papel jugado por el hijo menor del expresidente y también exreo Alberto Fujimori, Kenji, pretender justificar que el indulto otorgado al exmandatario fue para “ayudar a la reconciliación del país”, es hasta risible.
Kuczynski, en momentos en que era candidato, aseguró en varias ocasiones que no indultaría a Alberto Fujimori, y en segundo lugar negó una y otra vez que ofreciera “millonarias asesorías” a la compañía constructora brasileña, Odebrecht, La misma empresa se encargó de involucrarlo y reveló los negocias que tuvo con ella. Y en el caso de liberar a Fujimori en prisión, violó sus propias palabras. Y ambas mentiras, políticamente hablando, es una mancha que queda en el historial del mandatario.
Se le reconoce a Alberto Fujimori que logró estabilizar la economía peruana, luego del desequilibrio durante el gobierno de Alan García, además de lograr derrotar a los guerrilleros de Sendero Luminoso y del MRTA, Movimiento Revolucionario Tupac Amaru.
Sin embargo, Fujimori fue posteriormente sentenciado por dos matanzas llevadas a cabo durante su gobierno. Primero la de La Cantuta, en Lima, en la que nueve estudiantes y un profesor fueron sacados de la universidad, “bajo sospecha de subversivos” y nunca más fueron vistos con vida. Luego, la de Barrios Altos, en 1991, en la que 15 personas que fueron relacionadas con Sendero Luminoso, fueron asesinadas, incluyendo un niño de 8 años. Las víctimas, secuestradas por el grupo paramilitar Colina, no tenían relación con la guerrilla.
Kuczynski fue el candidato que participó en la segunda vuelta en los últimos comicios peruanos, en el año 2016. En ésta, su opositora fue Keiko Fujimori (también hija de Alberto Fujimori), quien ganó la mayoría en el Congreso y tenía acorralado al mandatario.
Volviendo al legislativo, el resultado final sacó a la luz pública las diferencias entre los hermanos Fujimori, Kenji y Keiko. Kenji, junto a otros 10 legisladores decidió no votar contra el mandatario, y aunque no se admita pública, debió “negociar” la liberación de su padre, todo en oposición a los planes de Keiko, que era la destitución.
Además, ahora se presenta un nuevo panorama para Keiko. Con su padre fuera de la cárcel, es posible que tenga que “compartir el poder”, algo que no estaba en sus planes.
Pero aún falta la otra parte de esta novela. Marcelo Odebrecht, el exjefe de la compañía brasileña, les dijo a fiscales peruanos en noviembre pasado que había financiado la campaña de Keiko Fujimori. en años anteriores, específicamente en el 2011. Keiko, por supuesto, lo niega. ¿Suena conocido?
