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El violinista en el tejado

Written by Debate Plural
Rienzi Pared Pérez (Listin, 23-12-17)

El cine se nutre de historias cotidianas, de la literatura, y del mismo teatro para adaptar grandes historias que sean deleite a la gran cantidad de cinéfilos alrededor del mundo. En el año 1964 se estrena en Broadway una obra teatral con canciones muy dinámicas y pegajosas que hicieron de la misma un éxito de taquilla en el teatro. Es por tal razón, que un director canadiense de nombre Norman Jewison, quiso aprovechar ese éxito y llevarla al cine.

Cuando se estrena “El violinista en el tejado” en el año 1971, resultó un éxito de taquilla y de crítica cinematográfica para un público que ya se encontraba en otros tipos de gustos de género. Sin embargo, al ser una película de corte musical, no fue óbice para que la misma conectara con todos por la música y las canciones.

La historia se centra en una familia judía a principios del siglo XX en la Rusia zarista, específicamente en una aldea de Ucrania. Aquí vive Tevye (Topol) con su familia, muy apegada a la ortodoxia judía. Tevye es el lechero del pueblo y quiere casar a cada una de sus cinco hijas con alguien pudiente para sacarla de la pobreza en la cual viven.

Tzeizel es la hija mayor y se enamora del sastre del pueblo, que aunque es un muchacho bueno; pero es pobre, a lo que tanto huye Tevye – su padre-. No le queda de otra más que apoyar a su hija y acepta que se case. Más adelante, Hodel la otra hija, se enamora del instructor que su padre había llevado a la casa a cambio de mantenerlo con comida; pero su hija y él se enamoran. Otra vez, se casa una de sus hijas con alguien que es el no deseado por su progenitor.

Mientras se va desarrollando la trama, las canciones que se encuentran dentro del repertorio de la película, van acorde con la trama vivida. Tevye entiende que es una mala jugada que el Señor le pone a él como prueba para su fe. Una de esas canciones se hizo muy famosa y es “Si yo fuera rico” que fue interpretada por varios artistas; tales como: Chucho Avellanet; Marco Ant. Múñiz y Raphael.

La tercera hija en la línea de sucesión a casarse es Chava; pero elige a una persona que no es judía; por lo que el padre la deshereda y considera que su hija ha muerto; porque no entiende ni acepta a otro miembro de la familia que no tenga las mismas costumbres y hábitos de vida que por miles de años han vivido. Pues bien, entre canciones, coreografía de baile, y un ritmo bien acompasado por la música, la película se va desarrollando de una manera ágil y dinámica que fue cautivante para el público en general.

Todo lo planteado en la trama del filme, es destacar la costumbre y formas de vida del pueblo judío, esta vez, ubicado en una familia en el momento en que todos ellos vivían en la diáspora. La fotografía es excelente, tanto que fue merecedora de un Oscar por los movimientos de cámara y una iluminación que iba acorde con cada detalle, para dar esa sensación de placer al espectador.

“El violinista en el tejado” hace hincapié en esa forma de vida, a los cambios sociales y políticos a que se vieron sometidos los judíos en el año 1905 al ser desterrados hacia otra ciudad; pero el amor familiar basados y centrandos sus miembros en la fe, permite que haya siempre un halo de esperanza y de oportunidad para todos, donde quieran que se dirijan.

Al final la familia se reencuentra y se perdonan, y tratan de seguir hacia adelante, con el sonido del violín donde la figura del violinista, es usado como una metáfora para describir la vida inestable de la comunidad judía y a cualquier lugar donde vayan, ahí estará la música al vaivén de sus costumbres.

Muy buena película, recomendable para verla en familia en estos días de asueto navideño.

ALGUNAS CURIOSIDADES:
1) La versión teatral, que se estrenó en Broadway en 1964, estaba basada en la novela “Las hijas de Teyve”, del escritor ruso Sholom Aleichem que, como indica su nombre, era judío.

2) El violín que suena cuando sale el violinista en la película está interpretado, en la versión cinematográfica, por el gran músico Isaac Stern, también judío.

3) Con un presupuesto de 9 millones de dólares, sólo en la taquilla estadounidense recaudó casi 99 millones de dólares. Fue tal su éxito de crítica y público que su director, Norman Jewison, de origen canadiense y apellido judío, se animó a rodar un par de años más tarde otro musical que también resultó muy conocido y de mucho éxito, “Jesucristo Superstar”.

4) Rodada en los pueblos de Lekenik y Mala Garica, y en la ciudad de Zagred, todos ellos de la antigua Yugoslavia, los cuales son mencionados con agradecimiento al final de la película.

5) Ganadora de 3 Oscar, Fotografía, Sonido y a John Williams por la adaptación musical de la maravillosa Banda Sonora, tuvo otras cinco nominaciones más en las que no corrió igual suerte.  Mejor película, director, actor (Topol), actor de reparto (Leonard Frey) y dirección artística. Topol, sí ganó aquel año el Globo de Oro al mejor actor.

6) Las interpretaciones por parte de los actores están excelentes; sobre todo, la de Topol con una mirada hacia las cámaras cargadas con mucha ironía dejando un sabor dulce al espectador.

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