Libros Nacionales

Trujillo: la utilización del Estado en provecho personal (II)

Written by Debate Plural

Alejandro Paulino Ramos (BAGN 141, 2015)

Trujillo convirtió el Estado en un negocio particular y llegó un momento en que ya el pueblo no distinguía entre lo que era propiedad de Trujillo o propiedad del Estado. Solo él y la «Oficina particular del presidente», tenían conocimiento de todas las actividades fraudulentas que venía ejecutando, a través del Partido Dominicano, el Ejército y la estructura administrativa del Estado.

Muchas de las obras públicas del país, con recursos asignados en el presupuesto, eran construidas por dominicanos que en ocasiones, para justificar la acción fraudulenta eran declarados como vagos, como sucedió en 1930 cuando el gobierno inició una campaña contra supuestos vagos en la ciudad de Santo Domingo. La orden de Trujillo indicaba que todos «los hombres hábiles, sorprendidos en delito de vagancia, deben ser utilizados en los trabajos de las carreteras».15 Todavía en 1939, R. Paíno Pichardo le informaba al Mayor general José García, Secretario de Interior y Policía, que en el camino en que se estaba construyendo la carretera que conduce a Nizao se estaban trayendo «hombres de otras secciones de la manera más violenta, al extremo de asaltarlos la guardia a media noche en sus propiedades llevándolos presos, caminando por dentro de montañas con ellos 3 y 4 horas con perjuicio de la garantía y tranquilidad de esos habitantes, sin permitirles siquiera tomar monturas para hacer el viaje, (…)»,16 lo que también acontecía en Higuey, pues se le había informado que a los campesinos de las distintas secciones de la común de Higuey se les impone, (…), una doble tarea de cada mes, o lo que es lo mismo, se les restan diez días mensuales de labores en sus propias labranzas para prestar servicios en la construcción de dicho camino. (…). También he sido informado de que son frecuentes los casos en que dichos campesinos son exonerados de las labores de construcción del camino antes mencionado, mediante el pago de sumas en efectivo a ciertas autoridades de esa localidad».17

En 1941, en el libro puesto a circular por Eliades Acosta, aparece el documento que prueba la utilización de campesinos en las propiedades de los Trujillo, cuando uno de ellos se atrevió a denunciar: «nosotros somos cincos compañeros que hemos ido a La Mata a trabajar; (…) y ahora el raso De León ha inventado un camino para ir a su conuco (…) y ha puesto la gente a trabajar de balde y cuando nosotros decimos que ese camino es perdiendo un su tiempo que está, entonces nos dijo que ese camino era del mayor Trujillo y del Presidente y también ha puesto una alambrada para su conuco las gentes de balde. A nosotros si fuera el camino para el Mayor o para el Presidente, nosotros no negaríamos de hacerlo, (…), pues nos quita todas las semanas el lunes y el jueves; (…) he faltado dos veces al camino y me ha echado diez días preso».18

Interesante resulta un mecanismo, que yo he llamado de «donación», para beneficiar a Trujillo, instaurado desde los primeros tiempos de la dictadura. Esa modalidad comenzó en 1930 con el regalo de un carro para Trujillo, lo que se extendía hasta otros países en que residían dominicanos, como sucedió en Nueva York cuando un funcionario le informo a Trujillo que «personas sin credenciales han iniciado la recaudación de fondos para donarle un carro con motivo toma de posesión, lo que apresuro informarle para lo que usted estime procedente».19 Para ese fin, a todos los soldados se les asigno una cuota de su sueldo durante varios meses.

En 1933 importantes funcionarios y miembros del Partido Dominicano promovieron una campaña nacional para que los dominicanos se despojaran de sus bienes y aportaran recursos para la erección de una estatua a Trujillo, proponiendo que «cada ciudadano y cada extranjero contribuyera con 50 centavos para formar el fondo que se necesitaba para la misma. Esa estatua fue instalada en San Cristóbal,20 mientras que una artista dominicana residente en España, le donó «una pistola, toda artísticamente confeccionada, con mango de nácar en incrustaciones de oro».21

Sobre la cotización Estatua al presidente, el Mayor intendente del Ejército, C. A. Maclaughlin, gestionó lo relativo a los artistas que construirían la estatua. El costo y diseño de la misma, se encontraba entre 140 mil y 68,000 francos, dependiendo del tipo de material en que fuera construida.22

Igual sucedió para la construcción del Monumento de Santiago en 1946, para lo que se promovió la existencia de un comité nacional que logró reunir $81,000 pesos y el cheque, que salio publicado en el periódico La Nación, estaba destinado para ser pagadero al propio Trujillo.23 De las donaciones forzosas para construir la estatua, se pasó a la donación de un yate para Trujillo, en 1933. Para tal fin se organizó un comité, que se reunió en el Club Unión, en que participaron el Licdo. J. B. Peynado, R. Paíno Pichardo, Virgilio Álvarez Pina, Amable Nadar y A. Pellerano Sardá «con el objeto de obsequiar al Honorable General Rafael L. Trujillo M., Presidente de la República, un Yate en testimonio de gratitud nacional por sus desvelos en pro de la reconstrucción del país».24 La campaña de recaudación, «con la colaboración espontánea de todos los dominicanos»,25 logró la suma de $28,319 pesos, de los cuales $8,032 pesos fueron aportados por el «5% de los sueldos de los Empleados Públicos del Gobierno».26 Igual sucedió para la construcción del Monumento de Santiago en 1946, para lo que se promovió la existencia de un comité nacional que logró reunir $81,000 pesos y el cheque, que salio publicado en el periódico La Nación, estaba destinado para ser pagadero al propio Trujillo.23 De las donaciones forzosas para construir la estatua, se pasó a la donación de un yate para Trujillo, en 1933. Para tal fin se organizó un comité, que se reunió en el Club Unión, en que participaron el Licdo. J. B. Peynado, R. Paíno Pichardo, Virgilio Álvarez Pina, Amable Nadar y A. Pellerano Sardá «con el objeto de obsequiar al Honorable General Rafael L. Trujillo M., Presidente de la República, un Yate en testimonio de gratitud nacional por sus desvelos en pro de la reconstrucción del país».24 La campaña de recaudación, «con la colaboración espontánea de todos los dominicanos»,25 logró la suma de $28,319 pesos, de los cuales $8,032 pesos fueron aportados por el «5% de los sueldos de los Empleados Públicos del Gobierno».26

En el mismo sentido, una embarcación también adquirida por el Estado para ser utilizada por Trujillo, fue el vapor Guantánamo, armado «como buque para la defensa nacional» y bautizado «Presidente Trujillo», aclarando el periódico La Opinión: «Como lo informamos en otro sitio, el Presidente Trujillo ha salido para el sur conduciendo al Presidente Trujillo».27 En el mismo sentido, una embarcación también adquirida por el Estado para ser utilizada por Trujillo, fue el vapor Guantánamo, armado «como buque para la defensa nacional» y bautizado «Presidente Trujillo», aclarando el periódico La Opinión: «Como lo informamos en otro sitio, el Presidente Trujillo ha salido para el sur conduciendo al Presidente Trujillo».27

Tiempo después, ahora en 1939, le fue donado a Ramfis otra embarcación, bautizada como yate Ramfis y que antes tuvo el nombre de «Camargo» y fue propiedad de Julio Fleischmann. El Miami Herald publico una nota, que luego fue reproducida en el país por el perió- dico Listín Diario, que me permito leer: «La esposa e hijos del Jefe del Ejército de la República Dominicana a bordo del yate en espera de la llegada del Generalísimo y de sus ayudantes americanos antes de partir de visita a la Habana».28 Y continúa la nota: «Ramfis guía su propio bote de motor y tiene una perrera con 52 perros en su palacio dominicano. El es dueño del único trailer (aparato que se agrega a un automóvil) que hay en la república y lo usa en sus frecuentes paseos al campo, conduciendo a sus compañeritos y a los perros. A bordo del yate hay seis de esos perros».29

En 1937 el presidente decidió construir un parque para su hijo favorito y como siempre lo hizo con el dinero del Estado y la contribución «voluntaria» de los empleados y militares. Cito el documento: «un parque de la naturaleza del que ostenta el nombre del primer niño de la República es el mejor aporte que puede hacerse para el logro de tan elevado propósitos. El honorable Presidente de la República obsequiará lo más costoso de la obra: el enverjado y la fuente. Ambas cosas serán de extraordinaria belleza. Resolvamos, pues antes ese ejemplo, cuál va a ser nuestro aporte inmediato para dejar convertida en realidad la construcción del moderno parque infantil, junto a la esplendida avenida que merecidamente lleva el nombre del Benefactor de la Patria. (…)». Dividieron los 12 meses del año para que cada dependencia aportara de su presupuesto una cantidad: El Ejército la obra de relleno, los implementos de gimnasias y distracciones fueron aportados por Industria y Comercio: los bancos de granitos por la Secretaria de Estado y Trabajo, y Agricultura el alumbrando y así, todas y cada una de las instituciones del Estado.30

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