Los individuos que agreden mujeres, en su mayoría doblan la edad promedio de sus víctimas, mientras una gran parte de los victimarios son hombres entre 20 y 39 años.
El caso de mayor diferencia de edad registrado este año corresponde a la joven Siri Lucero Vásquez, de 16 años de edad.
La menor fue asesinada a puñaladas por su pareja de 52 años en el interior de un motel en Santiago el 24 de junio pasado, con quien mantenía una relación informal y tras cometer el hecho, intentó suicidarse.
Otro caso de gran diferencia de edad corresponde a Bellaniris García, de 24 años, asesinada por su pareja de 55 años, en el municipio Las Matas de Farfán, en la provincia San Juan.
García recibió un disparo de mano de su esposo, Florencio Céspedes de los Santos, quien luego de cometer el hecho se disparó a la cabeza, en una de las habitaciones de las cabaña Emociones, del municipio Las Matas de Farfán.
Para Yanira Fondeur de Hernández, presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia, la edad promedio de los feminicidas, que les doblan la edad a sus parejas víctimas, es preocupante.
Aunque aclaró que la diferencia de edad ni otras cosas justifica el asesinato de una mujer que en su mayoría está en edad productiva y que eso constituye pérdidas económicas para el Estado.
Sostiene que resulta inaceptable que mujeres en edades productivas sigan muriendo a manos de sus parejas.
Manifestó que hay que reeducar a la población masculina para evitar que sigan matando a mujeres a quienes consideran de su propiedad, a pesar de tener derecho a una vida libre de violencia y todo tipo de atropellos
