Cultura Nacionales

En torno al Himno Nacional Dominicano

Written by Debate Plural
Juan Daniel Balcácer (Listin, 23-8-17)

El pasado 16 de agosto la nación dominicana conmemoró el 154 aniversario del Grito de Capotillo, que, como se sabe, dio inicio a la guerra de la Restauración de la República. Dos decenios después de esa gloriosa gesta del patriotismo nacional, dos prominentes ciudadanos, cuyos restos descansan en el Panteón de la Patria, José Reyes y Emilio Prud’Homme, uno músico y poeta el otro, presentaron en sociedad su célebre composición musical y poética que evoca los hechos y hazañas memorables de nuestros antepasados en su incesante lucha por conquistar la soberanía e independencia del colectivo: me refiero al Himno Nacional Dominicano.

¿Qué fue primero, la letra o la música? En carta publicada en el Listín Diario, en 1897, el poeta Prud’Homme explicó que “hace catorce años me invitó el Sr. Reyes a que escribiera un himno a la patria para él ponerle música. Accedí a la invitación y compuse con entusiasmo, sí, pero sin aptitudes, las pobres y desgraciadas estrofas con las cuales desde entonces se había venido cantando el famoso himno del Maestro Reyes”. La revelación del poeta induce a colegir que ya con las letras en su poder, el maestro Reyes compuso la música del himno, que fue estrenado por primera vez el 17 de agosto de 1883, en la ciudad de Santo Domingo, en el transcurso de un acto celebrado en la Logia “La Esperanza” con el auspicio de la Asociación de Prensa.

Himno oficial de la República. Si bien es cierto que el Himno Nacional fue estrenado en 1883, ello no significa que de inmediato se convirtió a canto patrio oficial del país. Existían, desde los tiempos de la independencia, algunas composiciones o himnos que por motivos diversos no fueron asimiladas ni adoptadas como canto patrio por la generalidad del pueblo. Fue, pues, la composición musical y poética de los próceres Reyes y Prud’Homme la que, a partir de su estreno, concitó el interés y atención de nuestros ancestros en la medida que la misma era difundida. Es fama que, el 27 de febrero de 1884, se tocó el himno de Reyes y Prud’Homme durante el solemne acto de traslación de los restos de Juan Pablo Duarte, ilustre fundador de la República, hacia la Capilla de los Inmortales en la Catedral Primada de América. El historiador Arístides Incháustegui, en sus “Apuntes para la historia del Himno Nacional Dominicano”, consigna que “el canto patriótico de Reyes y Prud’Homme fue llegando poco a poco al pueblo que lentamente lo iba adoptando como suyo”, hasta que en 1897 el Congreso Nacional declaró oficialmente como “Himno Nacional de la República Dominicana la poesía del ilustrado ciudadano Emilio Prud’Homme con partitura del reputado profesor José Reyes”. Sin embargo, acaso motivado por el hecho de que Prud’Homme era un crítico acerbo del Gobierno, el dictador Ulises Heureaux no promulgó la pieza legislativa, sino que simplemente la engavetó.

Bajo otra dictadura. Pese a la declinación del Ejecutivo para promulgar la ley declarando oficial el Himno Nacional, el mismo se interpretaba cada 27 de febrero y 16 de agosto, respectivamente. En un formidable y didáctico ensayo del historiador Miguel de Camps Jiménez, titulado “Para comprender mejor el Himno Nacional Dominicano”, que debería ser obra de consulta permanente por maestros del sistema escolar, se consigna que en época de Lilís, en los actos oficiales, se impuso la costumbre de interpretar “el himno francés La Marsellesa o, en su defecto, cualquier marcha que fuera agradable a sus oídos”. Transcurrieron, pues, cinco decenios y un año, desde 1883, para que el himno de

Juan Daniel Balcácer
jdbalcacer@gmail.com

El pasado 16 de agosto la nación dominicana conmemoró el 154 aniversario del Grito de Capotillo, que, como se sabe, dio inicio a la guerra de la Restauración de la República. Dos decenios después de esa gloriosa gesta del patriotismo nacional, dos prominentes ciudadanos, cuyos restos descansan en el Panteón de la Patria, José Reyes y Emilio Prud’Homme, uno músico y poeta el otro, presentaron en sociedad su célebre composición musical y poética que evoca los hechos y hazañas memorables de nuestros antepasados en su incesante lucha por conquistar la soberanía e independencia del colectivo: me refiero al Himno Nacional Dominicano.

¿Qué fue primero, la letra o la música? En carta publicada en el Listín Diario, en 1897, el poeta Prud’Homme explicó que “hace catorce años me invitó el Sr. Reyes a que escribiera un himno a la patria para él ponerle música. Accedí a la invitación y compuse con entusiasmo, sí, pero sin aptitudes, las pobres y desgraciadas estrofas con las cuales desde entonces se había venido cantando el famoso himno del Maestro Reyes”. La revelación del poeta induce a colegir que ya con las letras en su poder, el maestro Reyes compuso la música del himno, que fue estrenado por primera vez el 17 de agosto de 1883, en la ciudad de Santo Domingo, en el transcurso de un acto celebrado en la Logia “La Esperanza” con el auspicio de la Asociación de Prensa.

Himno oficial de la República. Si bien es cierto que el Himno Nacional fue estrenado en 1883, ello no significa que de inmediato se convirtió a canto patrio oficial del país. Existían, desde los tiempos de la independencia, algunas composiciones o himnos que por motivos diversos no fueron asimiladas ni adoptadas como canto patrio por la generalidad del pueblo. Fue, pues, la composición musical y poética de los próceres Reyes y Prud’Homme la que, a partir de su estreno, concitó el interés y atención de nuestros ancestros en la medida que la misma era difundida. Es fama que, el 27 de febrero de 1884, se tocó el himno de Reyes y Prud’Homme durante el solemne acto de traslación de los restos de Juan Pablo Duarte, ilustre fundador de la República, hacia la Capilla de los Inmortales en la Catedral Primada de América. El historiador Arístides Incháustegui, en sus “Apuntes para la historia del Himno Nacional Dominicano”, consigna que “el canto patriótico de Reyes y Prud’Homme fue llegando poco a poco al pueblo que lentamente lo iba adoptando como suyo”, hasta que en 1897 el Congreso Nacional declaró oficialmente como “Himno Nacional de la República Dominicana la poesía del ilustrado ciudadano Emilio Prud’Homme con partitura del reputado profesor José Reyes”. Sin embargo, acaso motivado por el hecho de que Prud’Homme era un crítico acerbo del Gobierno, el dictador Ulises Heureaux no promulgó la pieza legislativa, sino que simplemente la engavetó.

Bajo otra dictadura. Pese a la declinación del Ejecutivo para promulgar la ley declarando oficial el Himno Nacional, el mismo se interpretaba cada 27 de febrero y 16 de agosto, respectivamente. En un formidable y didáctico ensayo del historiador Miguel de Camps Jiménez, titulado “Para comprender mejor el Himno Nacional Dominicano”, que debería ser obra de consulta permanente por maestros del sistema escolar, se consigna que en época de Lilís, en los actos oficiales, se impuso la costumbre de interpretar “el himno francés La Marsellesa o, en su defecto, cualquier marcha que fuera agradable a sus oídos”. Transcurrieron, pues, cinco decenios y un año, desde 1883, para que el himno de Reyes y Prud’Homme deviniera oficial, de suerte tal que fue bajo otra dictadura, la de Rafael Leonidas Trujillo, cuando mediante la ley No. 700, promulgada el 30 de mayo de 1934, en artículo único, se dispuso lo siguiente: “Se declara Himno oficial de la República el compuesto por el maestro José Reyes con letra del poeta Emilio Prud’Homme”.

deviniera oficial, de suerte tal que fue bajo otra dictadura, la de Rafael Leonidas Trujillo, cuando mediante la ley No. 700, promulgada el 30 de mayo de 1934, en artículo único, se dispuso lo siguiente: “Se declara Himno oficial de la República el compuesto por el maestro José Reyes con letra del poeta Emilio Prud’Homme”.

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