(Naldo Zalko)
El libro del filósofo chileno Víctor Farías, quien contrariamente a la idea generalmente aceptada sostiene la tesis de la existencia de lazos estrechos entre Martin Heidegger y el nazismo, ya provocó una tormenta en Francia, una semana solamente después de su publicación.
Todos los diarios prácticamente, así como varios semanarios, consagraron largos artículos al libro de Farías, considerado como una revelación.
Farías, actualmente profesor de filosofía en la universidad de Berlín, con su libro “Heidegger y el nazismo” (Editorial Verdier), que fue traducido del español y del alemán al francés para su primera publicación mundial, removió de esta manera un tema que había sido profusamente tratado anteriormente.
Pero Farías llega por primera vez a conclusiones totalmente distintas de las que se habían hecho en el pasado y que absorbían al filosofo alemán o aminoraban su eventual papel de colaboración con el régimen nazi.
Según el filósofo chileno, quien para escribir su libro se apoyó en documentos que hasta ahora habían permanecido inéditos. Heidegger fue miembro del partido nazi hasta 1945, es decir, hasta la caída misma del régimen al final de la segunda guerra mundial, y no hasta 1934, como se aseguraba.
En efecto, con el transcurso de los años una tesis sobre la pertenencia del filosofo alemán al nazismo se fue construyendo, asegurando que Heidegger había tenido con el régimen de Hitler solo una relación accidental, ocasional, limitada en el tiempo y sobre todo exterior.
Empujando solamente por el deseo de regenerar la universidad alemana -sostenida esa tesis- Heidegger creyó un corto momento que la “revolución nacional” del partido nazi podía contribuir a ello, y si bien fue rector de la universidad de Friburgo a partir de 1933, renunció en 1934.
Después de su renuncia- siempre según la “tesis oficial” que lo “absuelve”- Heidegger fue blanco de molestias, sus publicaciones fueron censuradas por el régimen nazi, que además lo sometió a una desgracia creciente.
Farías, en cambio, asegura en su libro casi todo lo contrario, y según declaró a la AFP, “Heidegger era lo que se puede llamar un nazi espiritualista. Lo que los propagandista del partido nazi decían del que Heidegger lo decía del espíritu y de la lengua alemana”.
“para él, prosiguió Farías, el punto esencial era que el pueblo alemán, y también el griego, tenían algo mejor que los otros pueblos. El alemán y el griego, eran las únicas lenguas posibles para expresar la filosofía y el espíritu alemán era también más profundo”.
El filosofo chileno asegura en su libro que Heidegger fue fiel a las ideas del nacional- socialismo hasta su derrota y que siguió siendo miembro del partido hasta 1945.
Además, afirma Farías, Heidegger trabajó con un grupo determinado del partido nacional-socialista para tratar de dar una orientación populista a ese movimiento, y “su compromiso con esa tendencia fue particularmente radical”, pues el autor de “El Ser y el Tiempo” quería que se produzca “una segunda revolución de orden espiritual”, junto a la revolución política.
