Nacionales Politica

Bosch y la frontera

Written by Debate Plural
Vinicio A. Castillo Semán (Listin, 30-6-14)

El debate sobre nuestra propuesta de resolución en la Cámara de Diputados que procura declarar como prioridad nacional la construcción de un muro y una carretera fronteriza, se ha mantenido con gran intensidad en los primeros planos de la opinión pública a lo largo de las últimas semanas.

Nuestra propuesta logró poner en primer plano la olvidada zona fronteriza y el crucial tema de su control en el aspecto migratorio ante la amenaza real y tangible de una invasión pacífica de inmigrantes haitianos, debatida y fomentada en el principal periódico de Haití como una posible política de Estado de nuestros vecinos, en el marco del desarrollo de un Plan de Regularización del Estado dominicano, que contempla la prohibición de deportaciones de ilegales por 18 meses.

El pueblo dominicano, sin ninguna duda, se ha empoderado de nuestra propuesta. Como ya hemos expresado anteriormente, todas las encuestas así lo demuestran. Sin embargo, se ha iniciado contra mi persona una esperable campaña mediática de quienes no tienen argumentos valederos para debatir nuestras posiciones, queriendo pintarnos ante el país y el mundo como un ultraderechista; extremista, xenófobo, que a base del manejo de la opinión pública está manipulando al pueblo dominicano, haciéndole ver un “inexistente” peligro proveniente de Haití, para sacar ventajas politiqueras coyunturales y connotación pública.

En este contexto, creo mi deber compartir con el pueblo dominicano lo que pensaba y decía uno de sus hombres fundamentales del Siglo XX, fundador del Partido Revolucionario Dominicano y líder  y guía imperecedero del Partido de la Liberación Dominicana, el profesor Juan Bosch.  Sus palabras me sirven hoy, muchos años después de su muerte, de escudo ante la maledicencia de los pigmeos que ensucian páginas de periódicos con articulejos absurdos, tratando de confundir en vano al pueblo dominicano.

El profesor Juan Bosch, según lo consigna el periódico Hoy del 4 de julio de 1993, favoreció el cierre de la frontera con Haití expresando la información en cuestión lo siguiente: “Bosch favorece cierre de frontera. El candidato presidencial del partido de la liberación dominicana, profesor Juan Bosch, favoreció ayer el cierre de la frontera para evitar que los haitianos crucen en masa hacia este país, aunque precisó que el intercambio comercial debe mantenerse.” Ö “Los haitianos vienen y se quedan aquí como dominicanos’, dijo el profesor Juan Bosch en una comparecencia en el programa televisivo Aeromundo, que produce el periodista Guillermo Gómez. Se mostró contrario a que esos haitianos permanezcan ilegalmente en suelo dominicano, donde sustituyen a los dominicanos en los puestos de trabajo. El líder peledeísta insistió en que no debe permitirse la entrada ilegal de esos vecinos, quienes luego se quedan aquí como dominicanos. Tras expresar que el gobierno de los Estados Unidos impide el ingreso de ilegales a su territorio, como lo viene haciendo, entre otros, con los haitianos. Bosch dijo, ‘entonces, nosotros no tenemos porqué abrirles la frontera a los haitianos’Ö”.

Las declaraciones del profesor Juan Bosch defendiendo la soberanía nacional, abordando el tema del desplazamiento de la mano de obra dominicana por la haitiana y reclamando porqué esta nación no podía hacer lo mismo que los Estados Unidos con los ilegales que tratan de penetrar a su territorio, son el mayor desmentido a las pretendidas descalificaciones ideológicas que se han querido hacer contra mi persona.  Para defender esta patria y esta tierra, no hay que ser ni de izquierda ni de derecha; sólo hay que ser un buen dominicano.

Como dijo en una ocasión nuestro Julio Zabala: “Cuando se apagan los faros y se duermen los vigías, llegan los naufragios de la felonía”.  Afortunadamente, el faro de Juan Bosch, como el de Juan Pablo Duarte, como el de nuestros grandes próceres que dieron su vida por este país, está prendido para la mayoría del pueblo dominicano, aunque reconozco el imperdonable sueño de muchos vigías.

Es importante resaltar en este artículo la coincidencia de visiones entre el profesor Juan Bosch y nuestro partido, la Fuerza Nacional Progresista, con el tema de la inmigración haitiana.  Eso explica por qué ese gigante de las letras y la política dominicana meses después de esas declaraciones pactó alianza programática con el Dr. Marino Vinicio Castillo y la FNP en diciembre de 1993. Tenía una línea nacionalista y patriótica; una visión clara del problema y una determinación firme de expresar públicamente lo que pensaba, sin miedo al chantaje de los grupejos de la mal llamada sociedad civil, pagada desde el exterior, con gran poder mediático.

Qué orgulloso me siento de recordar hoy en este artículo a aquel hombre que aprendí a admirar desde niño por su recio carácter y firmeza de sus convicciones, cuando estaba el porvenir de su patria de por medio. Perdonando cualquier gesto irreverente, cuando leí las declaraciones transcritas del profesor Bosch, pensé en las tantas que he tenido que dar en estas tres semanas que llevo en el Congreso Nacional por su asombrosa similitud.

¡Que viva el pensamiento luminoso de Juan Bosch frente al tema de la frontera y la inmigración haitiana!  ¡Que viva su defensa a la mano de obra dominicana!  ¡Que viva la reivindicación del derecho de la República Dominicana a hacer lo mismo que los Estados Unidos frente a quienes trasgreden sus leyes migratorias!

Aunque él ya no está entre nosotros, queda su ejemplo y sus preclaros pensamientos.  Ese faro de luz fue su gran legado al pueblo dominicano.

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