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Partidos políticos tradicionales y modelo neoliberal vigente en RD

Written by Angel Moreta

Por: Angel Moreta (Autor-Editor)

Los partidos políticos tradicionales que hoy siguen en la palestra pública crecieron y se generaron un poco antes y después de la guerra civil de 1965. Han participado todos del Presupuesto Nacional y adquirido bienes inmensos del patrimonio público, sin descontar los grandes beneficios, prebendas y ventajas provenientes del tráfico de influencias en la administración pública, y en el logro de activos del Tesoro Nacional.

En ese sentido puede decirse que han participado activamente de los procesos de acumulación originaria de capitales que les ha permitido prolongarse hasta el día de hoy y enriquecerse graciosamente por medio de vías ilícitas, sin dejar de mencionar de los pagos y fortunas que reciben en virtud de la ley electoral.

Después de la muerte del dictador 1961, los nuevos grupos de empresarios generalmente se unen a los partidos, que son tradicionales justamente porque practican a diestra y siniestra la corrupción a todos los niveles; la prevaricación, el tráfico de influencia y perciben ordinariamente todos los beneficios provenientes de negociaciones espureas, tramoyas, trapisondas y cuantas vías hagan posible que se  llenen los bolsillos de oro.

Los partidos son responsables de todos los hechos punibles posibles, traficando influencias y encubriendo las graves distorsiones y negativas consecuencias de un sistema político depravado y corrompido.

Los últimos elementos que han aparecido en relación con estos embelecos tradicionales han sido: 1) que se han unificado todos hacia la derecha; 2) que en esa unificación han apoyado la reelección; 3) también han contribuido con el partido gobernante PLD en cuanto se refiere a la precipitada reforma constitucional que realizó el presidente reeleccionista Danilo Medina. Se supone en este escenario obviamente que llovió el dinero, el reparto del presupuesto, los nombramientos diplomáticos y administrativos; los cargos en el exterior y en los organismos internacionales, pues estos partidos precisamente lo que buscan son oportunidades de enriquecimiento.

Por esa causa no pueden resolver nada a favor del pueblo dominicano; no pueden solventar las urgencias colectivas ni contribuir con el adecentamiento de la vida pública; con la reclamación de honestidad en los cargos públicos, con la eliminación de la impunidad y del crimen; obviamente tampoco pueden combatir el modelo neoliberal vigente que engendra una justicia parasitaria, corrupta y oportunista, por tanto, no pueden combatir al mundo del crimen, del narcotráfico del sicariato profesional, del contrabando ni del enriquecimiento ilícito.

El modelo neoliberal lo corrompe todo y los partidos tradicionales no tienen capacidad ni visión para criticarlo y superarlo. En este modelo se violan los derechos humanos, los derechos económicos y sociales del pueblo dominicano; el fraude electoral es la regla, al igual que el clientelismo, las élites mafiosas vinculadas con grupos y empresas internacionales delincuentes.

El modelo neoliberal vigente desde 1996 en República Dominicana ha corrompido a la sociedad dominicana; de ahí deriva la gran crisis que actualmente sufrimos; esa crisis, que es enfocada de manera distorsionada por los medios de comunicación monopólicos, se expresa en todos los hechos punibles posibles, de los cuales se benefician un conjunto de políticos partidistas y politicastros improvisados y malvados, que lo que han hecho hasta hoy ha sido defraudar las finanzas públicas mediante enriquecimiento sin causa, soborno, chantaje, tráfico de influencias, guerra mediática, sicariato, contrabando, robo de bienes de todo tipo y demás hechos que pertenecen al mundo del crimen.

Decíamos arriba que los partidos tradicionales se han unificado últimamente, y precisamente en 2016 fueron unidos para promover e impulsar la reelección de la figura principal de esa unificación, que lo es Danilo Medina, presidente este que no plantea absolutamente nada nuevo para mejorar los niveles de vida de los sectores medios y populares de nuestra sociedad, ya que pertenece de raíz a un sistema político obsoleto e inoperante, que no plantea ni nunca planteara la negación del modelo neoliberal capitalista que oprime al pueblo dominicano; ni tampoco planteará la reforma del Estado canalla que actualmente se vive en República Dominicana.

Esos partidos a que nos venimos refiriendo generalmente se unen y se apoyan mutuamente con sectores empresariales organizados que día tras día practican enriquecimiento ilícito mediante el lumpen empresarial, la falsificación de calidad de los productos, los crímenes aduanales, el contrabando, la falsificación de productos y medicamentos con apoyo del Estado canalla falsamente democrático, que se autodefine como “social y de derecho”, pero en el fondo es un estado corrupto, utilizado por las élites corruptas, y que no es capaz de empujar las grandes transformaciones que necesita el país.

Los partidos políticos son grupos aprovechadores del poder, apoyadores de procesos de privatización de la educación, la salud y la educación superior pública; sin una visión crítica del Estado como herramienta de participación popular y  transformaciones sociales.

Ninguno de estos agrupamientos oportunistas y clientelistas va a ser capaz de enseñar a la juventud a defender la soberanía nacional y la autodeterminación de los pueblos.

Son palabras prohibidas, máximamente cuando el jefe de la unificación de los partidos de derecha, Danilo Medina, firmó recientemente un contrato eufemístico e intervencionista con el ejército de los EU, mediante el cual el Poder Ejecutivo cede una porción del territorio nacional (en el suroeste del país), en 2015, contrato que fue aniquilado y declarada su nulidad por el Tribunal Constitucional; pero todos los politiqueros y politicastros de derecha se amarraron sus lenguas para no pronunciar la palabra soberanía ni para felicitar al Tribunal Constitucional por haber realizado esa proeza de anular el contrato a que nos referimos.

Esa es la realidad política engañosa que nos caracteriza desde hace varios años; en definitiva, toda la riqueza que los politicastros despilfarradores se apropian por medio de los privilegios que detentan, va directamente a sus bolsillos y por ello constituye una clase política justificadora del modelo neoliberal, y de los actuales procesos económicos y sociales de explotación social del pueblo dominicano.

Se trata de una clase política egoísta, que solamente aspira a llenarse los bolsillos, independientemente del esfuerzo para buscar soluciones fundamentales a los problemas de República Dominicana.

About the author

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

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