Nacionales Politica

Bosch, el renacido que encarnó un proyecto nacional

Written by Debate Plural

Guillermo Moreno (D. Libre. 22-5-17)

 

Juan Bosch concibe el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) como un instrumento para darle una salida a la situación de dependencia, pobreza, subdesarrollo, corrupción y ausencia de democracia y libertad que caracterizaba a la República Dominicana.

El PLD que Juan Bosch funda en el año 1973 tiene como finalidad ser una respuesta política a la realidad de opresión que vive el pueblo dominicano y busca en la historia nacional y en las grandes gestas patrióticas, el fundamento de la lucha por la liberación nacional. Juan Bosch siempre tuvo fe en el pueblo dominicano. Admiró su capacidad de luchar por la libertad e independencia. Sabía que un pueblo que no valora su historia, su identidad, sus tradiciones y su cultura está llamado a convertirse en un agregado humano y desaparecer. Por eso, Bosch proclama que el PLD viene a completar la obra iniciada por el fundador de la república: “Juan Pablo Duarte tuvo el coraje de creer que en un territorio pequeño, deshabitado e incomunicado interna y exteriormente podía establecerse una república. Para creer eso era necesario tener una fe inconmovible en la capacidad de lucha del pueblo dominicano y Duarte la tuvo.”

Bosch escribe ríos de palabras para fundamentar la diferencia del PLD con los partidos tradicionales de ese momento, en particular, el Reformista y el Revolucionario Dominicano, a los que identifica como grupos de intereses grupales e individuales que van al Estado a enriquecerse. Por eso, Bosch insiste en que el PLD debe ejercer la política apoyándose en principios y regirse por normas disciplinarias y unificarse en métodos de trabajo. Para Bosch, el partido no es una agencia de empleo sino una escuela forjadora de dirigentes, de liderazgos, de mujeres y hombres públicos en capacidad de, con su trabajo, alcanzar la autoridad moral y política para dirigir los procesos de cambio que demanda la sociedad. En Bosch es recurrente la idea de que en política lo importante es la calidad porque ésta es la que luego se convierte en cantidad.

Bosch funda al PLD abjurando de lo que llama “farsas” y “mataderos electorales” por los que cada cuatro años se reelegía el Dr. Balaguer valiéndose del fraude, clientelismo y utilizando los recursos del Estado. El PLD de Juan Bosch tiene que ser la negación de todo esto; un partido identificado con una democracia en que los gobernantes se sometan al respeto de la legalidad, haya real separación de poderes, no se permita la reelección, ni el robo de los recursos públicos y se respeten las libertades y derechos de la ciudadanía.

Bosch mantuvo por décadas un discurso contra la corrupción, el tráfico de influencias, el enriquecimiento ilícito desde de una función pública y lo hizo tanto frente a los gobiernos reformistas como perredeístas. Durante décadas se refirió a ellos como negociantes de la política. El PLD fue el creador del álbum de la corrupción. Por eso, en la esencia originaria del PLD fundado por Bosch se proclama que el peledeísta está en política y va al gobierno a servir y no a servirse. Ese convencimiento le lleva a afirmar que “Los dominicanos saben muy bien que si tomamos el poder no habrá un peledeista que se haga rico con los fondos públicos, no habrá un peledeista que abuse de su autoridad en perjuicio de un dominicano, no habrá un peledeista que le oculte al país un hecho incorrecto o sucio o inmoral”.

Bosch, al momento de fundar el PLD en el 1973, no sólo está influido por la lucha anticolonial del siglo XX, sino directamente marcado por la grosera intervención norteamericana del 28 de abril del 65, que tronchó el triunfante movimiento liderado por Caamaño y Fernández Domínguez para el retorno a la constitucionalidad. Por eso, el partido que funda es de “liberación nacional” por la conciencia que tiene de que en países como la República Dominicana, la falta de independencia es el principal obstáculo para realizar su destino como nación y república soberanas. La liberación nacional es ante todo reafirmación de lo nacional, es ruptura de las cadenas de la dependencia, es capacidad para generar riquezas propias que hagan sostenible el proyecto nacional, es preservar los recursos naturales, es impulsar una política internacional independiente y soberana, rechazando toda forma de injerencia o dominio de las grandes potencias, especialmente de la norteamericana de la que nos encontramos en su frontera imperial.

Bosch, al fundar el PLD en el 1973, con 64 años de edad, es un renacido de la política, luego de las experiencias del golpe de Estado, la revolución de abril, la intervención norteamericana y la imposición del gobierno autoritario del Dr. Balaguer. Bosch reinicia un nuevo magisterio político, esta vez dirigido a alcanzar la definitiva liberación nacional de la patria neocolonizada.

Al ver el despeñadero en que se encuentra hoy la República Dominicana, luego de que el PLD lleva casi 20 años en la dirección del Estado, uno tiene que preguntarse ¿Y qué fue lo que determinó que el PLD acabara reproduciendo con creces la suma de todos los males que con su fundación Juan Bosch buscó superar de sus adversarios políticos?

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