Medio Ambiente Nacionales

Haciendo memoria sobre la debacle ambiental en República Dominicana (IV)

Written by Debate Plural

El río Ozama, el gran botadero de la ciudad de Santo Domingo

 

Omar Santana (D. Libre, 19-5-14)

 

El río Ozama es un brazo de agua contaminado. Pero al llegar a la altura del sector La Zurza, próximo a una de las grandes cañadas por las cuales desembocan los residuos de las industrias, el Mercado Nuevo y los barrios que se encuentran en el entorno de la Máximo Gómez, el agua, que previo a llegar ahí, es fétida, y de color oscuro, se pone marrón como lodo. En ese punto salpican gotas de agua como si se tratara de algo ácido o efervescente.

Es a simple vista el lugar quizá más contaminado de todo un río que ha sido golpeado por una ciudadanía que no reconoce su importancia. En un trayecto desde la marina de Sans Souci se puede notar el impacto de los capitaleños en él.

Las cañadas se convierten quizá en el principal contaminante, las fundaciones recolectoras de basura del Distrito Nacional y Santo Domingo Este, han contado 37 cañadas que desembocan en los ríos Ozama e Isabela. Los residuos que se transportan, no obstante, no provienen solamente de los barrios a orillas del Ozama. Unas procedente de Arroyo Hondo, otras del Ensanche La Fe y Villa Juana, en forma de tuberías, así como Villas Agrícolas, Luperón, Espaillat y María Auxiliadora, lo que significa que no solo transportan desechos humanos, también todo lo que se maneja en los talleres e industrias de esas zonas.

Basura, en forma de botellas plásticas viajan más allá del puente flotante. Entrados en los sectores que componen el Distrito Nacional, Domingo Savio, al norte de la avenida 27 de Febrero, y al este el barrio El Dique, ya se comienzan a apreciar los primeros vertederos colocados en la orilla del río. Vertederos que eventualmente se convertirán en «el suelo» de viviendas. Como las hay en La Ciénaga y Los Guandules. Ya a las 8:30 a.m., los moradores comienzan a tirar en fundas plásticas pequeñas los primeros desperdicios humanos que recibe el Ozama.

En el barrio El Dique ya se aprecian los industriales, un desguazadero de barcos. De allí se desprenden aceites, ácidos y otro tipo de contaminantes propios de los trabajos. Y no es el único punto. Como ese desguazadero hay otros tres. A estos desperdicios se suman también los más recientes, y quizá institucionales, el material extraído de las excavaciones del Metro de las Líneas 1 y 2. Las de la primera fueron depositados en La Zurza, los segundos en Gualey, ambos como parte de los trabajos de la supuesta avenida del río, excusa para dar uso a unos materiales que no se conocen dónde poner.

 

 

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