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¿Quién sufraga a la UASD?

Written by Debate Plural

Jesús de la Rosa (Hoy, 28-7-12)

 

A pesar de que el valor de sus activos supera al del conjunto de las universidades privadas, la Universidad Autónoma de Santo Domingo atraviesa por una grave crisis económica impulsada por una tasa de matrícula que se eleva de más en más; por unos aumentos desproporcionados de sus costos unitarios; y por el hecho de que el gobierno del presidente Leonel Fernández, al igual que los de sus antecesores, invierta en ella menos de una quinta parte de lo que al efecto consignan las leyes que aquí norman el financiamiento de las instituciones públicas de educación superior.

Además del problema económico, la UASD tiene otros que resolver y responsabilidades que asumir: aumentar el número de profesores e investigadores contratados; impulsar proyectos de reformas curriculares; y aumentar la calidad y cantidad de sus instalaciones. También, deberá atender a las quejas de algunos empleadores sobre la real o supuesta falta de pertinencia de su oferta académica en materia de tecnología.

La UASD es hoy todo un sistema de instituciones públicas de educación superior con presencia en 16 de las 31 provincias del país. Su población estudiantil es, en la actualidad, de 184 mil, 838 estudiantes, que cursan 133 carreras de grado, 43 especialidades, 62 maestrías, y 11 doctorados. El cuerpo docente de la Universidad estatal está integrado por 2,836 catedráticos, contándose entre ellos investigadores y extensionistas de muy alto nivel.

Entre todas las instituciones de educación superior del país, la Universidad estatal es la que cuenta con más investigadores contratados, y con más proyectos de investigación en marcha.

La UASD dispone de 3,732 empleados, de los cuales no todos realizan funciones de apoyo a las labores académicas. Yerran, de buena o mala fe, quienes propagan la especie de que el personal administrativo de la UASD supera en número al personal académico, pasando por alto el hecho de que  el calificativo de empleado administrativo no le cabe a todos los empleados que laboran en una universidad o en cualquier otra institución de su género.

El aporte del gobierno actual al sostenimiento de las instituciones públicas de educación superior públicas y privadas se eleva a una suma equivalente a una tercera parte del 1% del PBI, porcentaje éste que resultaría bajísimo si lo comparamos con el promedio invertido en el sector por los gobiernos de los países de la América española. Si la UASD no recibe del gobierno los recursos necesarios para su normal desenvolvimiento, ¿de quién lo va a recibir? El Estado dominicano tiene la responsabilidad de garantizarles a todos el acceso a un sistema público de educación superior acorde con las exigencias de un mundo perversamente globalizado de mercados abiertos a la competencia internacional. Si el gobierno dominicano sufragara la Universidad Autónoma de santo Domingo tal y como lo establecen las leyes que rigen en la materia, la UASD no tendría necesidad de complementar los ingresos que recibe de la Hacienda pública con otros provenientes de otras fuentes.

La mayoría de las universidades públicas de la América española y de Europa son sufragadas enteramente por los gobiernos. Años atrás lo era en su totalidad. Pero, cuando el fantasma del neoliberalismo comenzó a rondar por estos mundos, ciertas agencias internacionales de “ayudas” a los países en vías de desarrollo redefinieron el papel de las universidades hasta el límite de llegar a considerarlas como un bien privado. A ello nos referiremos en una próxima entrega.

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