Nacionales Sociedad

1J4 firmó después el Pacto de Río Piedras

Written by Debate Plural
Tony Raful (Listin, 7-2-17)

 

Cuando se suscribió el “Pacto de Río Piedras”, el 30 de enero de 1965, en  Puerto Rico, entre el PRD y el PRSC, hacía ya 15 meses que el gobierno constitucional del profesor Juan Bosch había sido derrocado por un Golpe de Estado militar, con la participación de grupos civiles conspirativos de orientaciones altamente conservadoras. El país ardía en conspiraciones para derribar al gobierno de facto, del mal llamado Triunvirato, que carecía  de legitimidad y de apoyo popular, conjuras que se desplazaban políticamente entre seguidores del expresidente Balaguer, en el exilio, los constitucionalistas partidarios de Bosch, y facciones del propio entorno militar y político del Triunvirato, cuyas contradicciones internas, estuvieron al punto de producir un enfrentamiento militar en el mismo mes de enero de 1965.

El Movimiento Revolucionario 14 de Junio, que debió estar presente en el “Pacto de Río Piedras”, no fue invitado a participar, entre otras razones, porque ese Pacto entre Bosch y los socialcristianos, estaba sustentado en una fuerza subterránea, no visible, que era el movimiento militar constitucionalista dirigido por el héroe nacional, coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez. Los catorcistas, que  fueron masacrados por  los batallones antiguerrillas en las montañas dominicanas, y que habían perdido a su líder, el inmaculado  políticamente y carismático, Manuel Aurelio Tavárez Justo, tenían un comprensible resquemor contra los militares dominicanos, no veían en ellos sectores suficientes para trazar una política de alianza, animadversión que no pudo ser mediatizada, ni siquiera por los débiles contactos del propio Dr. Tavárez Justo, con algunos oficiales del ejército, que profesaban simpatía por el 14 de Junio, y que no respondieron, tal y como se habían comprometido, en  sumarse a las guerrillas catorcistas para luchar contra el Golpe de Estado.

Antes del alzamiento catorcista del 28 de noviembre de 1963, el doctor José Rafael Molina Ureña, jefe civil operativo del frustrado “contragolpe” constitucionalista del 30 de octubre de 1963, había rechazado públicamente el apoyo de la Agrupación Política 14 de junio, a la fórmula Casasnovas, o sea a la decisión de la Asamblea Nacional del Congreso de la República, que proclamó a Juan Casasnovas Garrido, Presidente Constitucional en ausencia de Bosch; y Armando González Tamayo, en su condición de presidente del Senado, y en función sucesoral como establecía la Constitución del 29 de abril de 1963, cuyo objetivo era la deposición del Triunvirato y el retorno a la constitucionalidad. En enero de 1965, los dirigentes catorcistas que sobrevivieron al alzamiento armado, y que fueron deportados por el Triunvirato, habían empezado a regresar clandestinamente al país. El 14 de Junio no tenía en enero de 1965, una dirección política coherente, su dirección provisional era un amasijo de  dirigentes, sin una definición del reemplazo histórico del liderazgo de Manolo Tavárez. En su dirección y en su base estudiantil, el 14 de Junio se debatía en dos tendencias, una de las cuales proponía una severa autocrítica del fracasado movimiento guerrillero,  así como correctivos para establecer una política revolucionaria de lucha efectiva contra el Triunvirato, la otra tendencia, reivindicaba el método revolucionario empleado, proponía rectificaciones, aceptaba los errores cometidos, pero sostenía claramente, que el camino correcto era persistir con apoyo popular en la reiniciación de la lucha armada. Era entonces la lucha de los “consecuentes” contra los “inconsecuentes”.

El doctor Molina Ureña, quien estuvo presente en la firma del “Pacto de Río Piedras”, conspiraba al mismo tiempo  con sectores balagueristas del Cuartel en la lucha por el derrocamiento del Triunvirato. Esa participación de Molina con los militares seguidores de Balaguer, era probablemente una herencia política de su experiencia en el fallido “contragolpe” del 30 de octubre de 1963. Bosch no autorizaba esa alianza en 1965, aunque sí la toleró y apoyó en octubre de 1963, seguramente porque en enero del 65, ya el movimiento constitucionalista de Fernández Domínguez, había crecido lo suficiente para constituirse en el referente propio de las fuerzas políticas que respondían a Bosch, y en 1963, luego del fallido intento del coronel Fernández Domínguez de rescatar al Presidente cuando estaba detenido por los golpistas en el Palacio,  Bosch no tenía una base militar propia, que sí tenía Balaguer en octubre de 1963.

En el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, algunos catorcistas como Oscar Santana, estaban enterados del inminente estallido constitucionalista, por su padre don Isidro Santana, un empresario del transporte, de militancia y confianza perredeísta. La voz de Oscar no pudo ser oída en la última reunión del comité ejecutivo provisional del 1J4, a pesar de su insistencia en revelar datos sobre la conspiración. Su turno fue inscrito en el #22 de una larga cadena de temas, que resultarían intrascendentes frente al testimonio de Santana.

El 19 de mayo de 1965, el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez,  cayó en la intentona de tomar el Palacio Nacional. Su gesto heroico se cruzó para la historia con el 14 de Junio. A su lado murió el virtual líder del 1J4, doctor Juan Miguel Román. Lo que no se pudo lograr en octubre de 1963 cuando la “fórmula Casasnovas Garrido”, ni en enero de 1965 cuando el  “Pacto de Río Piedras” para que el 14 de Junio y los militares constitucionalistas se fusionaran en un solo destino patriótico,  se materializó con sangre generosa y limpia, cuando ambos cayeron, hombro con hombro, luchando por una República Dominicana libre, ética y próspera. El 19 de mayo de  1965, con decoro y dignidad, en los callejones y bocacalles de los alrededores del  Palacio Nacional,  el 1J4 firmó  con su sangre el “Pacto de Río Piedras”. No hubo que invitarlo,  fue puntual a la cita con la historia.

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