El reciente acuerdo logrado entre el presidente electo de EEUU y la compañía Carrier para mantener una planta de fabricación de acondicionadores de aire en su país en lugar de migrarla a México ha causado las primeras reacciones de las autoridades mexicanas. «Estados Unidos no es el mundo», ha declarado el gobernador del estado mexicano de Nueva León, Jaime Rodríguez, a la emisora local Radio Fórmula.
«No dependemos de ellos»
Rodríguez aseguró que ha sido únicamente la empresa Carrier la que ha cancelado su proyecto de reubicación de su planta, pero que eso «no despeina» a la entidad mexicana, «ni tantito». Cree que, a pesar de los fuertes lazos económicos que existen con EE.UU. —es el primer socio comercial de México—, » no dependemos de ellos ni tenemos que depender de ellos. Más bien ellos deben depender de nosotros«, advierte.
A pesar de lo extrañas que puedan parecer estas declaraciones, cuentan con un fundamento válido, según un análisis publicado por el portal Quartz. Cerca del 40 % del valor entregado a los productos exportados por México se genera en fábricas estadounidenses, lo que origina una considerable cantidad de empleos en EE.UU., la mayoría de ellos en ciudades cercanas a la frontera entre ambos países.
La búsqueda de nuevos mercados
«Estamos trayendo empresas asiáticas, así como buscando inversiones de empresas europeas», asegura el gobernador, que considera que el nuevo presidente estadounidense «va a tener que tomar decisiones porque no se puede aislar«.
El gobernador mexicano considera que su país ofrece mejores condiciones para las empresas extranjeras, lo que la convierte en una región atractiva para el negocio internacional y desestima los efectos de la nueva política económica que ha anunciado Trump. » Con que hagamos una campaña para que nadie vaya a comprar a McAllen [ciudad estadounidense en la frontera con México], le pagamos todo lo que nos está haciendo«, considera Rodríguez.
