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Caamaño en Europa, o el ser humano detrás del uniforme y de las batallas

Written by Debate Plural

Leonora Ramírez S. (Hoy, 30-8-11)

Francisco Alberto Caamaño, el héroe de la Revolución de Abril de 1965, vivió en su estadía en Londres un año de transformaciones y decepciones políticas, de choques culturales que, de una u otra forma, templaron su espíritu para el devenir de su carrera política.

Hamlet Hermann, quien acaba de publicar “Caamaño en Europa -1966-67”, relata esos episodios bajo el prisma de una crisis de identidad que, según él, afectó al legendario militar dominicano debido, en parte, a los acontecimientos políticos que ocurrían en el país paralelamente.

En esta nueva obra se presenta a un hombre de carne y hueso, con sus naturales miedos y  frustraciones, con debilidades y fortalezas, y con las convicciones que lo llevarían, en 1973, a intentar derrocar al régimen de mano dura del presidente Joaquín Balaguer.

La llegada de Caamaño a Londres como agregado militar, el sábado 22 de enero de 1966, fue de alguna manera la culminación de la crisis post Revolución de Abril, tras la firma, el 3 de septiembre de 1965, del Acta de Reconciliación Dominicana entre él y el presidente provisional Héctor García Godoy.

Pero para conocer las interioridades de este personaje, Hermann toma como punto de partida su participación en el grupo de militares que propugnaban por la vuelta al poder del presidente Juan Bosch, quien fue víctima de un golpe de Estado siete meses después de su elección democrática, el 25 de septiembre de 1963.

“La guerra de abril fue una sorpresa, nadie la esperaba, ese hombre   incluso fue a asilarse a la embajada de El Salvador, azotado por una crisis nerviosa, eso fue el día 26 de abril, a dos días de empezar la revuelta Caamaño cae en una crisis de histeria ante los bombardeos, recoge la familia y se va a la citada legación.

“Ese hombre que se acobarda ante la intensidad de la lucha, se avergüenza y luego sale a morirse. Descubrimos en la investigación para este libro que él se fue a confesar y comulgó con el padre Luis Gómez. Él, acusado siempre de ser un comunista, era un hombre creyente”.

Sin embargo, destaca que ese  período es importante, porque es cuando la crisálida se convierte en mariposa.  Aquel oficial represivo, hijo de un general super represivo del trujillismo (Fausto Caamaño) descubrió al  pueblo y le sirvió de guía y  empezó a transformarse, y cuando salió del país era otra persona.

Los cambios.  Hermann plantea que, al llegar a su “exilio” en Londres,  Caamaño sufrió una crisis de identidad ocasionada por cinco acontecimientos que marcaron su vida.

El primero, cuando llega a esa nación y no quiere aprender inglés  ni conocer nuevos amigos, porque quiere volver al país.

Su segunda gran crisis es la elección de Balaguer en 1966, “jamás pensó Caamaño que Bosch podía perder las elecciones, y de hecho tuvo  conversaciones telefónicas con Bosch en las que lo recriminaba porque no salía a hacer campaña, porque Bosch se escondió.

La tercera crisis de Caamaño es la salida de Bosch del país tras su derrocamiento, dice el autor, al destacar que “hay una conversación  entre ellos en la que Caamaño  se exalta porque entiende que éste no debió irse”.

La cuarta  es la determinante, la que lo lleva a tomar una decisión, y  es el atentado contra Antonio Imbert Barreras, el 21 de marzo de 1967.

“Caamaño dice que si este, que es un hombre de los yanquis, que presidió un Gobierno para justificar la invasión de abril de 1965, que siendo  un súbdito de Estados Unidos tratan de matarlo, a mí me   van a picotear, entonces no tengo forma de llegar a mi país que no sea combatiendo”.

“Ahí se decide y empieza a prepararse para desaparecer de la vida pública y  hacer contacto con los cubanos, y ya Cuba había hecho contacto con él”.

La quinta crisis viene dada, explica Hermann,  porque él ve cómo sus compañeros militares constitucionalistas lo van abandonando, desertando.

“Estamos hablando de Manuel Ramón Montes Arache,  quien tenía vínculos con el  Gobierno de Balaguer, quien había comisionado a Ney Nivar Seijas y éste a su vez a Luis Ney Tejeda Álvarez  para que sonsacara a todos los militares constitucionalistas. Entonces los más pusilánimes, Lachapelle, Álvarez Holguín, empezaron a ceder”. Precisó que “cuando nosotros desembarcamos en Playa Caracoles, en 1973, quien comanda la represión en la capital es Montes Arache, y quien comanda la represión en Santiago es Héctor Lachapelle, quienes eran  los dos principales dirigentes, junto  con Caamaño, del movimiento constitucionalista de 1965.

El por qué del cambio. Cuando se le piden a  Hermann explicaciones sobre los cambios de los antiguos compañeros de Caamaño, éste plantea que  no tenían formación política ni ideológica, eran militares formados en el trujillismo, estuvieron con los constitucionalistas porque primaban más las cuestiones personales que el interés por la patria.

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La obra

Caamaño en Europa fue editado en julio de este año e incluye fotografías cedidas por Francisco Caamaño Acevedo y Fred Halliday. La imagen de la cubierta es una alegoría  del pintor dominicano Silvano Lora, en la que representa a Caamaño como un caracol.

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