El creciente número de las violaciones del alto el fuego en Siria causa una preocupación, declaró el jefe adjunto del Departamento de Operaciones del Estado Mayor ruso, Víctor Poznijir.
«Suscita una preocupación el continuo crecimiento de las violaciones por parte de las unidades de la oposición» vinculado directamente con lo que «hasta el momento la parte estadounidense no realizó la separación de la oposición moderada del Frente Fatah al Sham (antes conocido como el Frente al Nusra)», dijo Poznijir durante una rueda de prensa.
Especificó que «durante el primer día se registraron 23 (violaciones) el segundo, 37, pero el tercer, ya se detectó 45».
Asimismo recordó que «la prioridad de los acuerdos ruso-estadounidenses sobre el reinicio del régimen del alto el fuego en Siria es separar los territorios bajo el control de Daesh (autodenominado Estado Islámico) y Fatah al Sham (ambos proscritos en Rusia y varios otros países) y las zonas controladas por la oposición moderada».
Poznijir señaló que Estados Unidos sigue sin informar a Rusia sobre ubicación de la oposición moderada.
«Los socios estadounidenses hasta el momento no nos han comunicado los datos precisos sobre la ubicación de las tropas opositoras, la información que sí facilitaron es solo la lista general de los grupos controlados por ellos, no menciona las zonas donde actúan estas tropas, ni su número, ni los apellidos de los comandantes», dijo.
El 12 de septiembre en Siria entró en vigor un alto el fuego acordado por EEUU y Rusia, copresidentes del Grupo de Apoyo Internacional a Siria.
Por lo que trascendió hasta la fecha a través del Ministerio de Exteriores de Rusia y el Departamento de Estado de EEUU, la tregua se irá prorrogando por períodos cortos, y si se cumple durante siete días, Moscú y Washington pondrán en marcha un mecanismo para separar a los rebeldes moderados de los yihadistas y coordinarán la campaña de ataques aéreos sobre las posiciones de los terroristas, mientras que la aviación militar de Siria tendrá prohibido sobrevolar estas zonas.
Los acuerdos entre EEUU y Rusia prevén asimismo la creación de una zona desmilitarizada para garantizar la llegada de ayuda humanitaria a Alepo.
