Rusia y la Unión Europea (UE) se verían beneficiadas por un nuevo mecanismo de control de armas en Europa, pero Estados Unidos se opondría a tal iniciativa, declaró el coronel general retirado Leonid Ivashov, exjefe del departamento de Cooperación Internacional en el Ministerio ruso de Defensa.
La víspera, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, se pronunció por elaborar un nuevo acuerdo sobre el control de armas en el continente europeo para prevenir la carrera armamentista entre Rusia y la OTAN.
«Es un acuerdo necesario para nosotros y para Europa, pero no para EEUU», comentó el general Ivashov.
El experto sugirió «retomar como prototipo, pero a un nivel conceptualmente nuevo, porque la situación ha cambiado» el Tratado de las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE).
«Este acuerdo limitaría la carrera de armamentos y prohibiría a las partes crear grupos ofensivos; hace falta reanimar el espíritu y el significado del Tratado FACE», reafirmó.
Los grupos militares al oeste de las fronteras rusas, en opinión de Ivashov, deberían formarse a partir del equilibrio de las fuerzas, lo que reduciría en grado notable el riesgo de una agresión.
De consagrarlo, el nuevo acuerdo se constituiría en un elemento de la seguridad colectiva en Europa, según el militar ruso.
«Hay que apoyar la iniciativa de Steinmeier, pero al mismo tiempo tener en cuenta que Europa se encuentra hoy bajo una influencia muy fuerte, semicolonial, de EEUU, de modo que no será fácil materializar el acuerdo», opinó el general.
El anterior Tratado FACE, que Rusia suspendió en 2007 y abandonó de forma definitiva en 2015, suscitaba numerosas interrogantes tras la desaparición de la URSS y la admisión de nuevos miembros de la OTAN, según el experto.
Ivashov aseguró que Rusia y la Unión Europea son capaces de construir por su cuenta un sistema de seguridad colectiva en Europa y deberían «echar fuera las armas y la petulancia militar de EEUU».
