Carlos Rodríguez Almaguer (Diario Libre, 6/8/2016)
En su edición del 21 de marzo de 1950, el diario dominicano La Nación publicaba un artículo firmado por el prominente intelectual y diplomático mexicano José de Jesús Núñez y Domínguez, a la sazón embajador del país azteca en Santo Domingo. El artículo llevaba por título una sorprendente afirmación: LA REPÚBLICA DOMINICANA FUE LA QUE PROCLAMÓ A JUÁREZ “BENEMÉRITO DE LA AMÉRICA”.
El autor, también Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua, inició su texto esbozando el tema de los diversos reconocimientos de que fuera objeto la figura del presidente Benito Juárez como símbolo de la resistencia de la América Hispana a los intentos de reconquista por parte de las potencias europeas. Así por ejemplo, señala como muy difundido el que le ofreció el soberano Congreso de la República de Colombia el 1 de mayo de 1867, al ordenar colocar su imagen en la Biblioteca Nacional por haber “merecido bien de América” dada la abnegación y perseverancia mostrada en la defensa de la libertad e independencia de su patria. Inmediatamente después de señalar que este es el homenaje del que hasta ese momento se tenía mayor conocimiento en todo el continente, revela que hubo otra nación que, en justicia, merecía ser reconocida como la primera en otorgarle el título de “Benemérito de la América” al patriota mexicano: la República Dominicana.
Señala en su artículo que “el descubrimiento de esta importante noticia histórica se debe al joven y ya erudito historiador dominicano don Vetilio Alfau Durán, miembro descollante de la Academia Dominicana de la Historia y jefe de la Hemeroteca en la Biblioteca de la Universidad de Santo Domingo”. Más adelante agrega que “el licenciado Alfau Durán con un desprendimiento que habla muy alto de su gentileza, no quiso hacer uso de este hallazgo histórico para presentarlo en un artículo; sino que generosamente, después de dármelo a conocer, me dio todos los pormenores para que yo lo escribiera. Y así lo hago ahora con gusto, rindiendo parias desde luego a la nobleza de mi prestigioso amigo y colega”.
Apunta el escritor las referencias a este importante hecho encontradas por Alfau y que aluden a un periódico dominicano de la segunda mitad del siglo XIX: El Monitor. La primera referencia es la nota que ofrece ese diario sobre la sesión del Congreso el 11 de mayo de 1867 y que enunciaba brevemente: “El Congreso dominicano acaba de declarar Benemérito de la América al patriota Benito Juárez, presidente de la República Mexicana”. La crónica de dicha sesión apareció publicada en el mismo diario el 27 de julio de ese año, en la forma siguiente.
Postscript
“CONGRESO NACIONAL DOMINICANO.- Sesión del 11 de mayo de 1867.
“Presente la mayoría compuesta del Presidente (Juan Bautista Zafra) y de los diputados Carlos Nouel, Pedro Valverde, Antonio D. Madrigal, Jacinto de Castro, Melitón Valverde, Manuel M. Castillo, Wenceslao de la Concha, Deogracia Linares, Faustino Soto, Telésforo Objío, Álvaro Fernández, Ramón Mella, Olegario Pérez y Juan Bautista Morel, se declaró abiertamente la sesión.
“Leyóse el acta anterior y fue aprobada.
“Luego el diputado Madrigal tomó la palabra y dijo: que ponía en conocimiento de la Cámara la plausible noticia recibida últimamente, de que Juárez acababa de conseguir un espléndido triunfo, dando un golpe de muerte al imperio en mal hora fundado en México; que el presidente Juárez por este hecho se hacía acreedor a los víctores (sic) de toda la América, pues que destruyendo para siempre la preponderancia de Europa en este hemisferio, mataba cuantas esperanzas de dominio pudiera ésta abrigar en lo sucesivo; que al llamar la atención de la Cámara sobre este hecho, era con objeto de que el Congreso dominicano por su parte aclamase a Juárez “Benemérito de la América”; que la República Dominicana estaba en aptitud para ello y podía tomar la iniciativa, dando así el ejemplo a las demás repúblicas sus hermanas que quisiesen mostrar sus simpatía por la causa de la libertad de México, a la que no dudaba debía seguirse la de toda la América de uno a otro extremo.
“El diputado Melitón Valverde habló en el mismo sentido, demostrando que acogía con entusiasmo la idea emitida por el diputado Madrigal.
“A invitación de la Presidencia que puso de manifiesto la identidad de causa en que se hallaban México y Santo Domingo, la Cámara toda se puso de pie en honor del presidente Juárez, aplaudiendo de este modo el triunfo de la causa republicana en México y tomando en consideración lo propuesto por el diputado Madrigal”.
En los momentos en que se realiza este reconocimiento a Juárez, era presidente de la República Dominicana el general José María Cabral, uno de los hombres del Partido Azul que dirigía el prócer restaurador Gregorio Luperón. Los hombres de Luperón, con él a la cabeza, enfrentaban por esos tiempos las reiteradas tentativas anexionistas que fraguaban Buenaventura Báez y sus seguidores, ora a Francia, ora a Washington como efectivamente ocurriría luego durante la guerra de los seis años, en la que solo la intrepidez movida por el profundo patriotismo del propio general Cabral y del centauro puertoplateño, junto a la alteza de miras de hombres honorables en el Congreso de los Estados Unidos como el senador Charles Sumner, quien con su enorme prestigio se opuso abiertamente a esta anexión, impidieron que se consumara el vergonzoso pacto acordado por Báez y el presidente Ulises Grant.
De ahí que con gran razón el diplomático mexicano exprese en su artículo, refiriéndose a la sesión que se llevó a cabo aquel día memorable en el Congreso dominicano, que “Esta escena debe ser recogida por México en las páginas de su historia y figurar entre las más bellas de sus relaciones con las repúblicas hermanas de América. (…) México debe, pues, eterna gratitud a la República Dominicana por esta demostración de confraternidad, en uno de los momentos más aciagos de su vida nacional y por haber sido indudablemente el primer país que denominó a Juárez ¨Benemérito de la América”.
