Tras el intento de golpe de Estado en Turquía, el presidente electo, Recep Tayyip Erdogan, apuntó a Fethullah Gulen como el principal impulsor del levantamiento militar y lo acusó de ser el líder de una organización terrorista.
Las ideas que propugna Gulen incluyen una visión más tolerante del islam y están consideradas como bastante progresistas. Según el clérigo, la ciencia, la educación y el diálogo sustancial interreligioso son los fundamentos clave para el desarrollo de la sociedad y la democracia.
A lo largo de los años, el imán ha establecido una extensa red de seguidores que ha logrado tener presencia en las instituciones más importantes del país —la Policía, la judicatura, los medios de comunicación y las Fuerzas Armadas—. En la actualidad, el movimiento de Gulen es uno de los actores más poderosos e influyentes del país.
Gulen fue socio de Erdogan hasta 2013, cuando el predicador acusó al mandatario turco de adoptar severas medidas contra los manifestantes que protestaron contra las obras de construcción en el parque nacional Gezi. El mismo año, se produjeron una serie de acusaciones de corrupción contra los miembros del partido de Erdogan después de que los ciudadanos demandaran la destitución del Gobierno.
El entonces primer ministro Erdogan respondió persiguiendo a periodistasy jueces y un año más tarde, en 2014, desató una verdadera ‘caza de brujas’ contra los partidarios de Gulen al declarar que este había establecido un Estado paralelo que amenazaba la seguridad nacional y además estaba conspirando para derrocarlo.
Después del intento de golpe de Estado ocurrido en Turquía el 15 de julio, el presidente del país atribuyó la sublevación de los militares rebeldes a Fethullah Gulen quien, por su parte, rechazó estas acusaciones y condenó el fracasado levantamiento que se ha cobrado la vida de casi 200 personas.
