Serguéi Lavrov
Según el canciller ruso, Estados Unidos entiende muy bien que Turquía podría desestabilizar aún más la situación en Siria.
Una intervención militar en Siria supondría una agresión directa y hay que «educar» a aquellos que tratan de promover este tipo de escenario, afirmó el ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov.
«Por supuesto, se oyen llamamientos a favor de una intervención militar, pero para impedirla, ya que sería una agresión directa, hay que ‘educar’ a aquellos que tratan de promover este tipo de escenario», dijo el canciller ruso entrevistado por la agencia RIA Novosti.
«Pero no creo que tengan ninguna justificación, ni un solo pretexto para hacerlo, puesto que la tregua en Siria se está arraigando, agregó.
Los trapos sucios de la OTAN
Según Lavrov, Estados Unidos entiende muy bien que Turquía podría desestabilizar aún más la situación en Siria, aunque recordó la frase atribuida al expresidente estadounidense Franklin Roosevelt sobre el dictador nicaragüense Anastasio Somoza -«tal vez sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta»- para explicar la actitud de Washington.
«Hablan así sobre sus amigos que no se comportan bien. Uno siente que no quieren que se saquen los trapos sucios de la OTAN a relucir, aunque eso es un gran problema», acentuó el ministro ruso.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, declaró esta semana que su país podría enviar fuerzas militares terrestres a Siria en caso de que fuera necesario.
«Si es preciso enviaremos nuestras fuerzas a Siria. Haremos todo lo posible para proteger a nuestro país dentro y fuera de sus fronteras. La ONU ha tomado varias decisiones sobre la lucha contra el Estado Islámico. Estas decisiones asegurarían la legitimidad de nuestros actos, tanto en el aspecto de la autodefensa como en la lucha contra el terrorismo», dijo el jefe de Gobierno entrevistado por el canal Al Jazeera Turk.
Arabia Saudita también ha anunciado su disposición a enviar un contingente militar a Siria sin acordarlo con el Gobierno del país, aunque solo como parte de una coalición militar liderada por Estados Unidos.
Contactos no deseados
El jefe de la diplomacia rusa explicó que EE.UU. intenta convencer a otros países para que no contacten con Rusia, mientras que Washington mantiene sus contactos con Moscú, como lo demuestran los frecuentes encuentros con el secretario de Estado John Kerry.
«Ha visitado Moscú dos veces en los últimos meses, el pasado mes de diciembre y en marzo. Antes visitó Sochi. Además, hemos hablado con él por teléfono al menos 25 veces, incluidas tres veces la semana pasada», dijo.
«Frente a esta frecuente comunicación con los estadounidenses, ellos susurran a otros países para que no busquen contactos con nosotros. Hubo incluso informes en los que trataban de disuadir al primer ministro japonés de que visitara Rusia», señaló Lavrov.
Según el ministro, los socios que llegan a Rusia «cuentan que tuvieron que rechazar la petición de EE.UU. para que renunciaran a hacer una visita a Rusia».
El nuevo presidente de EE.UU.
Lavrov subrayó que Rusia está dispuesta a trabajar con cualquiera que sea el presidente electo de EE.UU. y espera que el nuevo mandatario entienda la importancia de la interacción entre Rusia y su país para solucionar muchos problemas mundiales.
«Esperamos que sea un socio capaz de consenso y más coherente, que no combine la intención de cooperar con nosotros en muchos asuntos internacionales -que no se resuelven sin nosotros y ellos así lo entienden- con la intención simultánea de hacernos pasar por la principal amenaza, de poner trabas a nuestra participación en el sistema financiero y monetario internacional, de incitar a otros países a seguir el rumbo antirruso de EE.UU.», recalcó.
«Espero que no se dé esta incongruencia y, por supuesto, respetaremos la elección del pueblo estadounidense», agregó.
