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Obama repitió en Cuba la monserga de los Derechos Humanos, la democracia y la libertad, sin ningún rubor ni verguenza

Written by Angel Moreta

Por: Angel Moreta (Autor-Editor)

 

El premio Nobel de la paz (2010), Barack Obama, en su reciente viaje a Cuba, adoptó una postura humilde, y en su discurso en el Gran Teatro de La Habana, con la presencia de los máximos cuadros de la dirigencia cubana, admitió que la política de aislamiento correspondiente al periodo de la guerra fría, ya no tenia mucho asidero en la época actual. Estados Unidos fue capaz, y sigue siendo, de mantener una política de bloqueo total contra Cuba, frente a lo cual se siente hoy derrotado. Causa satisfacción su postura auto-critica hacia una política incoherente, que corresponde al siglo pasado, y que es  esencialmente contradictoria, pues Estados Unidos mantiene relaciones con otros países socialistas como Vietnam, país donde fueron derrotados y humillados militarmente.

En suelo cubano dijo Obama que había hecho una solicitud al Congreso de los Estados Unidos para que levantara el embargo contra Cuba, sin embargo todo el mundo sabe que en cuanto a Venezuela hace semanas lanzó un segundo decreto ratificando la doctrina equivocada de que el país bolivariano representa una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos. La humildad del presidente de EEUU., se convirtió en contradicción, si miramos hacia Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina, en donde la potencia del norte mete sus manos para producir golpes de estado suaves, parlamentarios o mediáticos; para producir crisis políticas y mantener situaciones de inseguridad.

Dirigiéndose a los cubanos en su discurso, Obama dijo: «no los puedo obligar a estar de acuerdo, pero deben saber lo que pienso. Yo creo que los ciudadanos deberían ser libres de expresar sus ideas sin miedo, de organizarse y de criticar a su gobierno y protestar pacíficamente, y que el estado de derecho no debería incluir detenciones aleatorias de las personas que hacen uso de esos derechos. Yo creo que cada persona debería tener la libertad de expresarse de forma pacifica y  pùblica. Creo que los votantes deberían elegir sus gobiernos en elecciones libres y democráticas. No todo el mundo está de acuerdo conmigo sobre eso. No todo el mundo está de acuerdo con el pueblo estadounidense sobre esto. Pero creo que estos derechos son universales. Creo que son los derechos del pueblo estadounidense, del pueblo cubano y de todo el mundo».

Este tono aparentemente tolerante y respetuoso señala una actitud de critica al sistema político socialista cubano, mediante la cual Estados Unidos se presentan como la mejor opción política  de Occidente, y el régimen cubano como si fuera una dictadura en la cual han sucumbido y sucumben las libertades en base a la opresión y el miedo. Es una manera solapada de tratar de imponer una idea política para Cuba, al igual que cuando propuso a la población olvidar el pasado.

Es la misma monserga que usan todos los presidentes de Estados Unidos cuando viajan a América Latina, en este caso para referirse a Cuba; monserga rutinaria y desprovista de originalidad y honestidad. Quiere decir más o menos lo siguiente: «yo soy representante de la democracia que ustedes deben practicar e imitar…».

Pero resulta que ese discurso no tuvo lucidez, porque es el mismo palabrerio rutinario de siempre… Durante 50 años mantuvieron los Estados Unidos una propaganda universal contra Cuba, y sobre ella se decía que en ese país socialista dominaba una dictadura cruel y sangrienta dirigida por un dictador horrendo, Fidel Castro, pero resulta todo lo contrario, es decir, en las calles de la Habana y de Cuba no hay policías ni persecuciones arbitrarias ni predomina el miedo de la población, por tanto es un argumento totalmente falso ese cuento de las libertades y de los Derechos universales, que por ejemplo no existen para los negros en los Estados Unidos, y casi ningún presidente ha tomado iniciativa para combatir el racismo y la violencia impune contra las poblaciones afroamericanas.

Ya sabemos que esa es una historia sin sentido y sin fundamento; el llamado a olvidar el pasado es engañoso, pues una nación que ha hecho su propia revolución con mucho sacrificio, sangre y vidas no puede olvidar su pasado. No puede olvidar la sangrienta batalla de Bahía de Cochinos. Obama puede tratar de olvidarlo para borrar los recuerdos negativos de sus periodos presidenciales, pero nunca Cuba, Vietnam, Nicaragua, México, Irak, Libia, etc. podrán olvidar los sufrimientos que han recibido de los gobiernos norteamericanos.

Obama sabe muy bien que su premio Nobel debiera llamarse «premio Nobel de la guerra», pues él mismo, desde la presidencia de los Estados Unidos primordialmente, lo que ha hecho es desarrollar guerras criminales contra países pequeños, pobres e indefensos para aprovecharse de los recursos naturales. Imposible olvidar los crímenes y los saqueos de las riquezas de Irak, Libia, Siria y otros países del Medio Oriente.

El presidente habló así olvidándose de los 30 mil desaparecidos en los tiempos de la dictadura argentina con el apoyo de los Estados Unidos; de los 300 mil muertos en Irak; de los 200 mil muertos en Libia. De las falsas acusaciones de poseer armas químicas lanzadas en la ONU y el mundo contra Sadam Husein y  contra Moamar Gadafi, en guerras estratégicas lanzadas para aprovechamiento fácil de los recursos naturales; olvidándose de los 8 mil muertos y miles de heridos que produjo Israel a Palestina a finales de 2014 y mediados de 2015, con la complicidad de su gran socio y protegido EEUU., en una política cavernaria de crímenes y colonización de territorios palestinos para fines del 2014 y el transcurrir de 2015, con sus operaciones llamadas «margen protector», cuyas consecuencias produjeron el terror y el asombro de toda la humanidad.

Obama sabe que su cuento de los Derechos Humanos queda desmentido con sus políticas de desestabilizacion, crímenes, falsas acusaciones y agresiones permanentes contra Venezuela y otros países del continente. También su apoyo a los fondos buitre en Argentina, hoy favorecidos por una nueva ley sometida y aprobada en el parlamento por el presidente neoliberal Mauricio Macri; su apoyo a la empresa petrolera Chevron en Ecuador, al proyecto de apropiarse de los territorios del Esequibo venezolano por parte del presidente títere de Guyana, delfín y lugarteniente de la empresa norteamericana Exxon Mobile; Obama olvida que el ejército norteamericano destruyó un hospital en Kunduz, Afganistán, fundado y mantenido por médicos norteamericanos en el descaradamente mataron más de 30 personas entre médicos y pacientes e incontables heridos, y luego alegaron que se trató simplemente de un «error».

Ya que el presidente de los EEUU habla de los Derechos Humanos universales, debió tener en cuenta el asesinato del presidente Allende en Chile, los asesinatos contra luchadores independentistas en Puerto Rico, planificados por la CIA; el asesinato del hijo del gran luchador puertorriqueño Mari Bras y el constante patrocinio de planes para el asesinato de Fidel Castro y Hugo Chavez; las acciones terroristas contra Cuba durante 50 años; la bomba que colocaron debajo del carro de Orlando Letelier en Washington, matándolo a él y su secretaria…

¿Olvidó Obama el apoyo estratégico que dio su país a Inglaterra para mantener Islas Malvinas en condiciones de colonia, los asesinatos y la sodomización de los soldados argentinos en las Malvinas; la sodomización de Moamar Gadafi, el ahorcamiento de Sadam Husein, la creación del Estado Islámico,  el intento de fragmentar el territorio sirio y el auspicio de grupos terroristas para derrumbar el gobierno legitimo de Bashar al Asad?.

Nos preguntamos: ¿Acaso no es agresión a los Derechos Humanos de los colombianos el mantener 8 bases militares en ese país y tratar de ocupar porciones del territorio de la República Dominicana mediante un convenio secreto con el Poder Ejecutivo, desmentido  y anulado por el Tribunal Constitucional de ese país?.

Pero no hemos hablado sobre Guantánamo; más de 400 prisioneros mantenidos en un campo de concentración en condiciones de barbarie, sufriendo las torturas más crueles que pueda soportar hombre alguno, sin ver la luz, sin poder dormir, vendados y arrodillados, sin someterlos a los tribunales competentes… ¿Es Obama quien viene a hablar de Derechos Humanos en Cuba?. Verdaderamente es un engaño colosal, una mentira monstruosa a la cual estamos acostumbrados en América Latina que él ni siquiera tuvo el valor de mencionar.

Tampoco habló del apartheid, que durante decenios permitió barbaridades en África del Sur y en América Latina ha realizado invasiones militares en República Dominicana y Haití en más de 3 ocasiones; los crímenes cometidos en Vietnam son inenarrables, utilizando napal  contra campesinos indefensos, niños, mujeres y ancianos; las invasiones de Nicaragua,  Cuba y Puerto Rico; la conversión de Puerto Rico en neocolonia; la desaparición de teleSUR en Argentina recientemente, sin la mínima protesta de o desacuerdo de los EEUU.

El financiamiento de miles y miles de iglesias para propiciar el control hegemónico, ideológico e intelectual de todos los pueblos del mundo, es otra vertiente más reciente en el continente; el apoyo al modelo neoliberal, las condiciones de miseria y de pobreza imperantes, la injusticia social, la corrupción y el robo de los patrimonios públicos; los monopolios globales, la privatización, la desintegración de las organizaciones sindicales, el fortalecimiento de políticas de desindicalizacion y explotación social; la libre competencia descarnada, las conductas negativas de diplomáticos gays, comprometidos con nuevas formas culturales, las permanentes planificaciones de asesinatos, desapariciones forzadas y secuestros en América Latina…

¿Cómo puede el presidente Obama hablar de violaciones de Derechos Humanos en un escenario cubano, cuando su gobierno los ha violado siempre en Cuba desde hace más de 100 años,  en donde Estados Unidos mantiene una base militar en la cual ha desarrollado un campo de concentración de prisioneros políticos, a saber, la llamada base de Guantanamo?.

About the author

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

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