Bandera UE
La Unión Europea (UE) «huye» de Ucrania «como el fuego» tras el conflicto que se vivió en este país en los últimos dos años, según explica Serguéi Arbúzov, ex viceprimer ministro de Ucrania, en una entrevista con el diario español El País.
«En dos años, los ucranianos han destruido su propio Estado, han destrozado su economía y su sistema de orden público», asegura Arbúzov, que en 2013 era el responsable de negociar el Tratado de Asociación con la UE.
El ucraniano desempeñó el cargo de primer ministro tan solo las últimas semanas de la presidencia de Víctor Yanikóvich.
«Durante mi paso por la administración la situación en Ucrania era mejor y haré todo lo posible para poder volver, limpiar mi nombre, contar la verdad y ofrecer mis conocimientos y los de mi equipo para que Ucrania pueda recuperarse», asegura el político, que vive exiliado en Rusia dado que, si vuelve a Kiev, «sería encarcelado».
Arbúzov, que afirma que el Maidán «no fue una revolución, sino una toma de poder por la que ahora paga el pueblo», señala que la economía ucraniana puede comenzar a recuperarse sobre tres pilares.
«El primero es una reforma agraria que consolide un mercado nacional de la tierra y una clase media que ponga freno a los influyentes intermediarios agrícolas, norteamericanos y europeos», insiste.
El segundo es la colaboración «entre el Estado y el capital privado» y el tercero, «un plan para involucrar a la sociedad en el uso de instrumentos financieros».
«En conjunto se podrían generar cerca de 100.000 millones de dólares», la cantidad necesaria, a su juicio, para iniciar el remonte, según explica en su entrevista.
El ucraniano insiste en que la situación económica es desesperada.
«El PIB se ha hundido en más de un 15 por ciento en los últimos dos años, las inversiones cayeron del orden del 30 por ciento al 40 por ciento, la población ha sido saqueada, la pensión y el sueldo mínimos son inferiores a 50 dólares y al precio de los servicios mínimos. Ucrania se ha convertido en uno de los países más pobres del mundo, porque sus dirigentes son unos ladrones», denuncia.
Vuelta a Ucrania
El político asegura que hace un año «no estaba dispuesto [a volver]». «Ahora sí, si eso ayuda a pacificar el país y a sacarlo de la crisis. Si no he vuelto es por temor a que me encerraran en una jaula y me pasearan por el Maidán», señala.
Arbúzov estuvo en la lista de sanciones de la UE, algo por lo que recurrió ante un tribunal europeo y le dio la razón, aunque volvieron a incluirlo al año siguiente.
«Ninguna inspección internacional confirmó que yo hubiera cometido irregularidades, ni el Tribunal de Cuentas ni el Ministerio de Justicia, pero siguen acusándome, al principio de robar y ahora de malversación de fondos. Es una persecución política», insiste.
Donbás
Sobre la situación del Donbás, el político cree que los dirigentes ucranianos deberían «sentarse en la mesa de conversaciones con los líderes de esos territorios».
Como ejemplo, pone la amnistía que decretó el Gobierno de Yanukóvich poco antes de su caída. «¿Por qué no se puede repetir eso hoy? Pues porque la guerra es muy rentable y se gana dinero con ella», asegura.
Arbúzov, natural de Donetsk, afirma en declaraciones a El País que quiere regresar para ayudar a la reconstrucción de esa región y de Lugansk, que suponían el 25 por ciento del PIB de Ucrania.
«A primera vista la región ha sido saqueada, la producción destruida, los especialistas se marcharon», pero «si en la región hay paz y se forma un régimen de impuestos apropiado tal vez sea posible restablecer la economía», asegura.
«Si yo realizara este programa creo que podría cuadrar ingresos y gastos y atraer inversiones, la región tiene recursos y las fábricas pueden trabajar y se pueden modernizar. El trabajo es duro, pero no desesperado», apunta Arbúzov, que calcula que se necesitan de dos a tres años y «tal vez 20.000 millones de dólares, que podrían ser gestionados por un consorcio formado por Rusia, la UE y Ucrania», concluye.
