Debateplural.com, comparte con sus lectores el interesante articulo del periodista Rafael Mathus Ruiz publicado en el periódico La Nación de Argentina, en fecha 11/9/2015.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución que establece nueve principios básicos para guiar la reestructuración de deudas soberanas, una iniciativa impulsada por la Argentina a raíz de la pelea con los fondos buitre.
La resolución, el resultado de más de un año de trabajo diplomático, dejó al descubierto una división global en el manejo de las finanzas internacionales: contó con el respaldo del mundo emergente y el rechazo de la amplia mayoría de naciones desarrolladas.
Nuevos principios
La resolución «declara» que las reestructuraciones de deuda «deberían estar guiadas» por nueve principios e «invita» a los 193 Estados que componen Naciones Unidas, además de a los Estados observadores, a «respaldar y promover» esos principios.
Deudores y acreedores
Paradójicamente, el quinto principio en la lista es el de «tratamiento equitativo» hacia los acreedores. Es el mismo principio plasmado en la ya famosa cláusula pari passu del prospecto de la deuda, del que se valieron los fondos buitre, liderados por NML, para acorralar a la Argentina en el tribunal del juez Thomas Griesa.
Hay otros tres principios que sobresalen: el de «legitimidad», que establece que los «términos y las condiciones de los contratos originales deben ser válidos» hasta sean modificados por un acuerdo de reestructuración, y es, en rigor, un reconocimiento a la deuda de los holdouts; el de «sustentabilidad», uno de los argumentos centrales de la Casa Rosada en contra del reclamo de los acreedores del país, y el de «mayoría», que llama a «respetar la decisión de la mayoría de los acreedores». Es otro de los mensajes centrales del Gobierno: la voluntad de los holdouts, el 7% de los acreedores, no puede ir en contra de los intereses del 93% que canjeó sus títulos.
Además, la resolución de la ONU llama a respetar el derecho de un Estado a diseñar su política económica; tener «buena fe», tanto del Estado como de sus acreedores; transparencia; imparcialidad, para impedir conflictos de interés, e «inmunidad soberana», un concepto en el que ha descansado gran parte de la defensa de la Argentina en los tribunales de Estados Unidos, y con la cual el país ha eludido embargos.
El confuso voto de España
Se había dicho que España había votado a favor de la resolución sobre reestructuración de deudas soberanas, lo que quedó plasmado en la cuenta final de 136, según el recuento oficial. Pero luego se aclaró que se trataba de un error y que el voto fue «abstención», al igual que el resto de Europa. El encargado de la confirmación fue el embajador de España en la asamblea.