Por: Angel Moreta
La diputada Minou Tavárez Mirabal, acaba de lanzar a la vida pública dominicana el partido denominado «Opción Democrática», el cual viene a enriquecer una oposición timorata e indiferente a los movimientos sociales y a las movilizaciones populares barriales, provinciales y territoriales.
Una oposición en República Dominicana que no puede ni quiere luchar y enfrentarse a las consecuencias negativas del modelo estatal neoliberal implantado por el partido de la liberación dominicana, y ello así por falta de voluntad política e incapacidad para promover movilizaciones populares y asumir posturas auténticas.
Cuestionamiento de la actual democracia
La fundación de este partido puede ayudar a una discusión activa sobre la democracia dominicana, caracterizada por un modelo capitalista neoliberal, por la concentración de los poderes públicos, por las practicas desastrosas de corrupción administrativa; la pérdida del principio de separación de poderes públicos, el reeleccionismo presidencial a base de sobornos; y una modificación constitucional al vapor.
También la democracia dominicana se caracteriza por un sistema político con rasgos de arrodillamiento del Estado al capital extranjero monopolista multinacional; subordinación imperial a Estados Unidos; economía dependiente de los grandes centros hegemonicos internacionales; y tolerancia neta de la intensificación de la explotación social del pueblo dominicano en los periodos sucesivos del partido de la liberación dominicana todos estos elementos constituyen causas de la ascendente miseria material y pobreza espiritual del pueblo dominicano.
Si la oposición política que tenemos los dominicanos no puede o no quiere ayudar en esta dirección estructural, entonces «Opción Democrática» será un partido más dentro del sistema constitucional-autoritario y corporativo implantado en los últimos quince años por gobiernos de tendencia absolutista.
No basta una oposición primariamente dedicada a remendar la maltrecha democracia corporativa autoritaria que tenemos, pero hay que saludar, de cualquier manera, las intenciones críticas expresadas por la diputada Tavárez Mirabal, a sabiendas de que tal proyecto primordialmente «democrático» nace con limitaciones sustanciales que encadenan su capacidad de acción, de luchas sociales, de despliegues de movilizaciones populares; y que amarran sus posibilidades críticas de plantear un contramodelo nuevo, un cambio de sistema, más allá de un simple cambio de gobierno….
Planteamientos de Opción Democrática
Analizaremos detenidamente en su momento oportuno las plataformas teóricas y prácticas del partido «Opción Democrática», y pondremos mucha atención en sus planteamientos sobre el subdesarrollo histórico de la sociedad dominicana y su visión de la dependencia de los polos hegemonicos imperiales, particularmente de los Estados Unidos.
Si «Opción Democrática» no presenta un planteamiento teórico y práctico latinoamericanista sobre la dependencia histórica de la sociedad dominicana, de los Estados Unidos, estaremos dentro de un esquema de cambios de gobiernos y no de cambios de modelos; gobiernos sumisos frente a potencias neocoloniales.
No basta enfrentar la corrupción administrativa endémica que padecemos históricamente como síntoma letal que afecta al pueblo dominicano; es necesario mirar el mundo críticamente, ayudar a organizar las luchas sociales, impulsar movilizaciones sociales permanentes y enfrentar las lacras del actual sistema corrupto democrático dominicano.
Como el tráfico de influencias, robo impune, violación de las leyes sin castigo, prevaricacion generalizada, clientelismo orgánico, corporativismo, con el fin de abrir espacios a la participación popular a todos los niveles de la sociedad y del Estado dominicano, con muy pocas excepciones.
La sombra benigna de Manuel Aurelio Tavárez Justo, revolucionario histórico dominicano y ejemplo de generaciones rebeldes, debe servir de faro y guía a Minou Tavárez Mirabal, para luchar por los necesarios cambios y transformaciones económicas y sociales de la sociedad dominicana, y no quedarse a medio camino en tareas de remendar la maltrecha democracia de República Dominicana.
Me parece muy positiva la critica al partido de la senora diputada; el articulo dice cosas fundamentales y que son ineludibles. Pues hacemos politica para cambiar los sistemas sociales, no para cambios de partidos.